miércoles, 3 de octubre de 2012

El Día "D"

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La inexplicable sensación que me franquea, conviviendo a diario con un modelo de gestión totalitaria, asfixiante, opresiva, hace que delibere colocarme en radical y consciente oposición.
No se trata de auto-sostenerse en crítica circunstancial frente al acontecer, (al estilo FAPISTA de buen gusto) hoy el papel debe ser sin lugar a dudas, un papel activo, políticamente obstructivo, y efectivista.
Las multitudinarias manifestaciones “de la bronca”, son herramientas que auxilian el accionar de una clase política de minorías, pero nunca debe ser considerado como una estrategia de representación política: las masas están unidas por el espanto y el espanto no es una coordenada de resistencia si carece de una apoyatura lógica, objetiva y de insoslayable correlato con la realidad.
Soy oposición y no vislumbro aspectos positivos de un régimen plagado de indulgencias paternalistas. No concibo la política como un medio de medios obscenos. La política debe necesariamente ser gestora de oportunidades y no un ente de interferencias; debe ser garante de posibles prejuicios anti-progreso, pero garante en base a leyes claras y sensatas y no a fueros caprichosos. Hoy es un ámbito de decisiones ejecutivas, expeditivas y plenamente centralizadas, en un marco de conservación del poder con tendencia a complacer la quimérica inmortalidad, que me hace impermeable a ese maravilloso don “campórico” de RESPALDAR.
No necesito partido que me represente para sentirme resistencia a los embates del modelo, porque no necesito partido que me represente cuando hago compras en el supermercado y veo la “solución final” que aplicaron en forma de los cuasi-pacíficos tickets de compra.
Soy un individuo que se opone, como otros miles y otros millones que también lo hacen, y eso es suficiente para mí y para la Argentina. No es la masa la que transforma, es el individuo activo y consciente de sus valores, los contra-valores y sus plenas capacidades la que lo hace. El 13 de septiembre miles de individuos establecieron sus prioridades, y acordaron voluntariamente la unión en pos de un objetivo de resistencia posibilitando que los logros se propagaran como minas en todo el modelo. La ficción se vio quebrantada como nunca, y el grito argento hizo mella en el denso núcleo del fascismo.
Todo esto puede refrendarse, puede sofocarse o puede devenir en nuevas vías, pero será una manifestación de la voluntad individual de miles de argentinos, y no de una masa uniforme de opinión uniforme.
Somos únicos factores de resistencia y cambio. Sólo tenemos que tomar consciencia y arrebatar con impulso, los dos de inmediato y SIMULTÁNEAMENTE. El resto solo secunda.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Elecciones a la carta

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Si enfrentar un proceso electoral es siempre más fácil para quien está en el poder, sumado a la increíble ventaja que otorga manejar los recursos del Estado argentino, se vuelve una situación terriblemente despareja para cualquier candidato opositor, por fuerte que sea. La reforma política del año pasado transformó esta ventaja en insalvable: la financiación privada y la publicidad televisiva, dos de los principales recursos utilizados por Francisco De Narváez en 2009, quedaron eliminados de esta campaña. Fue una ley a medida de los perdedores de esa elección, para que el "error" no se vuelva a repetir.

Sin embargo, Cristina Kirchner está encontrando otra ventaja, impensable para cualquiera que haya vivido estos ocho años del régimen actual: una oposición desastrosa. Casi todos están pensando más en salvar su propio futuro político -con estrategias bastante dudosas para lograr ese objetivo- que en recuperar la república y las libertades armando una alternativa y luchando para conseguir la mayor cantidad de votos.

Nos desayunamos con que Mauricio Macri, que salía segundo en la mayoría de los sondeos nacionales, abandona la carrera presidencial para buscar su reelección en Capital Federal. Todavía no termino de entender cuál es el cálculo detrás de todo esto. Si la idea era convertir al PRO en un partido nacional, sumar diputados, senadores o gobernadores y armar un espacio de centro-derecha, la decisión de Macri le hace un flaco favor a este objetivo. Incluso perdiendo las elecciones presidenciales con un buen caudal de votos podría haber sumado suficientes cargos como para detener algunos atropellos del kirchnerismo y tendría una buena base de poder para la próxima elección en 2015.

La única opción que queda es... Ricardo Alfonsín. Un tipo que tiene el único mérito de ser el hijo de un presidente anterior, que se fue con una de las peores hiperinflaciones de la historia. Alfonsín Jr. parece no haber hecho ningún tipo de autocrítica sobre la presidencia de su padre, y elige culpar de sus errores a las condiciones externas. Se puede decir que Ricardo no fue parte del gobierno de su padre y no se lo puede responsabilizar por eso, pero la falta de voluntad para reconocer errores previos no es un signo promisorio. Si se le preguntara qué proyecto importante del gobierno derogaría o daría marcha atrás, el único candidato "opositor" que sigue en carrera no sabría que responder.
Para sumarle decepción a este panorama, no sólo no da ninguna muestra de querer correrse al centro sino que insiste con aliarse a partidos de la izquierda más retrógrada (PS y Proyecto Sur) que convalidaron todos y cada uno de los peores atropellos del kirchnerismo.

El inexplicable autismo en el que viven los hace subestimar la peligrosidad de la turba gobernante. No les parece suficiente terminar con los bloqueos a diarios, los aprietes a periodistas, la manipulación de las estadísticas, las prohibiciones arbitrarias para importar o exportar, el reparto de cargos y prebendas a los amigos y la sistemática violación de la ley. Y ni hablemos de los graves problemas de infraestructura, inflación, inseguridad. Si importa más mantener un cargo para cierto partido o no arriesgarse a la derrota que prevenir la instalación del chavismo en Argentina, será que sinceramente les importa bien poco el futuro de la república.

Tal es el estado desesperante de muchos dirigentes que, ante el más reciente atropello kirchnerista, ninguno supo bien cómo objetar la presencia de directores estatales en empresas privadas. Hasta quienes participan de lo que es considerado un partido de centroderecha no se oponían a la participación estatal en sí, sino que criticaban que se nombrara a militantes de La Cámpora y no a otros. Si todo es una cuestion de personas y no de políticas, la cosa no va a cambiar demasiado. 

Esto último se relaciona también con lo ideológico: casi todos se desesperan por ser considerados "progresistas" y no quedar a la derecha del gobierno, hasta en temas que la Concertación chilena o el Frente Amplio uruguayo considerarían inaceptables. 

Como Vargas Llosa dijo en su conferencia de la Feria del Libro, la libertad de expresión existe sólo si se la ejerce. Para salir de esto hay que abandonar las antinomias infantiles de izquierda o derecha. Para avanzar hay que animarse a denunciar lo que no es correcto, por más que no aporte votos hacerlo. Para preservar un Estado de Derecho hay que ejercer el rol de oposición, ese que en un país serio, nadie tendría miedo de ejercer.  

martes, 16 de noviembre de 2010

Constitucionalismo for dummies

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Ironía del día: en mi biblioteca encontré un ejemplar de la Constitución Nacional, editado en los años '90, por Página/12. Sí, leyeron bien, hubo un momento en el que a Página/12 le preocupó tanto la Constitución como para lanzar dos ediciones. Si existiera el detector de sarcasmo que inventó el científico de Los Simpson, seguramente explotaría al escuchar esto. Después, el diario abandonó esa preocupación (en serio, alguna vez la tuvo?) y se dedicó a servir de usina ideológica de ese gobierno al que no se le cae una idea, y armar causas judiciales contra opositores.

En fin. Me preguntaba si en toda esta discusión sobre el presupuesto no habrá algo que arroje cierta claridad sobre el tema, porque entre los oficialistas que creen tener más atribuciones que Luis XIV y los opositores blandos que tienen tanto miedo de ser catalogados de golpistas que hacen concesiones con lo que sea, uno se confunde y termina pensando cualquier cosa. Hasta que encontré este pequeño párrafo en ese libro lleno de polvillo y telarañas que cité recién:

Capítulo cuarto
Atribuciones del Congreso
9-Fijar anualmente, conforme a las pautas establecidas en el tercer párrafo del inciso 2 de este artículo, el presupuesto general de gastos y cálculo de recursos de la administración nacional, en base al programa general de gobierno y al plan de inversiones públicas y aprobar o desechar la cuenta de inversión. 
Más que claro: al Congreso le corresponde realizar el presupuesto, y al Poder Ejecutivo, ejecutarlo. No se trata de una cuestión semántica para los delirios de esnobismo intelectual de Cristina Kirchner, es un artículo corto y sencillo que dice claramente que tales atribuciones le pertenecen al Congreso. Pero ella rechazó cualquier posibilidad de que sea tratado y modificado por la cámara que debe hacerlo, y en cambio pretende gobernar con el presupuesto de este año, aprobado por un Congreso anterior donde tenía amplias mayorías. ¿Cómo puede ser que haya diputados que no comprendan el atropello que estamos viviendo?

Uno no esperaría una defensa de la Constitución de parte de tipos como Dante Gullo, que ante la primera mención del tema te culpará de haber apoyado el golpe del '55, y hace bien en no esperar nada de ellos. Pero de personas como Laura Alonso, que hicieron toda una carrera en la búsqueda de la transparencia y control gubernamental, uno no puede más que irritarse al leer sus declaraciones diciendo que tenía intenciones de votar el presupuesto del Ejecutivo y que por ese motivo se retiró de la sesión. De nuevo, uno puede esperar estas cosas de quienes no le asignan a la Constitución mayor valor que a un rollo de Higienol, pero de la ex titular de una organización que lleva el nombre de ¡¡Poder Ciudadano!! uno podría esperar algo mejor que eso. 

Otro momento en el que los oficialistas esgrimen erróneamente la Constitución -esos momentos únicos de la TV por cable, donde uno debería tener listo el VHS y apretar REC(?)- es hablando del vicepresidente Cobos y justificando los pedidos de renuncia que hacen contra éste. Daniel Filmus, entre otros, dijo que era inconstitucional que el vicepresidente votara en contra de la voluntad del Ejecutivo. Entonces, me puse a buscar en las atribuciones del vicepresidente en el capítulo del Senado, y no dice nada remotamente parecido a eso. El vicepresidente sólo tiene voto en caso de empate, y eso sólo ocurrió 2 (dos) veces desde el conflicto contra el campo. 
Es curioso que les pesen más las disidencias de un vice que proviene del radicalismo -al punto de provocar un golpe institucional haciéndolo renunciar- que la defección de decenas de legisladores peronistas que fácilmente hubieran prestado su voto en otro momento para cualquier atrocidad kirchnerista. ¿Quizá no descarten una vuelta al barco de estos últimos?

domingo, 7 de noviembre de 2010

Para la república, un saldo muy negativo

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Me temo que la muerte de Néstor Kirchner, como tantos episodios dramáticos de la historia argentina, no dejará ningún aprendizaje positivo para el sistema democrático. Tal hipótesis se ve confirmada por la cobertura y las declaraciones de la mayor parte de la clase política, que pareció ignorar todo lo que había pasado hasta ese día y no se enfocó sobre aquellas lecciones que podríamos tomar de este evento.

Al despertarme y ver en todos los canales la noticia de su muerte, lo primero que pensé fue en la increíble ambición por el poder político del tipo. Ahora se hizo claro que conocía perfectamente su situación de debilidad física, y aún así sólo podía pensar en seguir acumulando poder: como diputado (a pesar de haber pisado el Congreso una sola vez), como presidente del PJ, como Secretario General de UNASUR, y su cargo más importante, como el Ministro de Economía en las sombras que siempre ejerció durante el gobierno de su esposa. Que un hombre claramente enfermo buscara concentrar tanto poder en su persona habla de lo poco que podía importarle el destino del país mientras su fortuna política fuera en aumento. Esta última frase podría sintetizar uno de sus principales defectos, que los medios en los últimos días trataron de disfrazar de virtud, inventando adjetivos como 'animal político' -como si centralizar el poder a expensas de las instituciones fuera algo elogiable- o hablando de la misma manera jocosa y simpática sobre su poca capacidad para el consenso. 

Creo que para la mayoría de quienes me leen, no hace falta desmitificar la imagen construida sobre Kirchner durante los días posteriores a su muerte, como si se tratara de un gran estadista. Duhalde sacó del bolillero su nombre, cuando le podría haber tocado a cualquier otro gobernador. Atravesó el mejor momento de los precios internacionales de las commodities argentinas de la historia, y el ajuste fiscal ya había sido hecho -de la peor manera- por el presidente anterior. A partir de ahí, logró exportar su modelo de caudillismo autoritario creado en Santa Cruz, al resto del país. Sobre lo que pasó después, este es un excelente resumen de su legado.

Merece también un llamado de atención el pésimo escrutinio de los medios sobre su salud. No se trataba solamente del esposo de Cristina Kirchner, hablamos de un candidato presidencial para el 2011, que hasta el mismo 27 de Octubre se creía que tenía grandes posibilidades de volver a ganar. Imaginemos por un momento que Dick Cheney, ex vicepresidente de EEUU, hubiera decidido ser candidato presidencial en 2008, habiendo tenido un largo historial de problemas cardíacos. Lo más probable es que la prensa hubiera destrozado sus intenciones de presentarse, hablando de la grave irresponsabilidad para un líder que debe cumplir un mandato de cuatro años y no está en condiciones de sostener el ritmo de vida que la presidencia requiere. Pero sería una broma de mal gusto pedirle a los amigos del poder de turno que viven como parásitos de la pauta oficial y el capitalismo de amigos, que realicen el escrutinio que corresponde al principal candidato presidencial del próximo año. En algunos países es necesario que los candidatos presenten su historial médico completo para ser revisado minuciosamente por la prensa. Acá teníamos que darnos por satisfechos si la Revista Noticias lograba enterarse de algún rumor escuchado en un pasillo de Los Arcos. La única honrosa excepción la merece Nelson Castro, quien había advertido sobre esto meses atrás, recibiendo el típico maltrato de los despreciables lameculos de siempre.

Un último pensamiento: me llamó la atención que la mayoría de los que circularon por todos los canales llorando a Kirchner no lamentaban su pérdida a nivel afectivo, no lloraban la pérdida de un padre, un esposo o un amigo. Lloraban la desaparición de quien había llevado a cabo su agenda de resentimiento y revanchismo. Florencia Peña dijo "quiero creer que su muerte va a servir para algo" como si su líder no valiera tanto como ser humano en si mismo sino como medio para lograr los fines políticos que ciertos sectores siempre tuvieron, y que Kirchner llevó a la práctica estos años como nunca antes. Se dijo muchas veces que el kirchnerismo se aprovechaba de ciertas causas para dividir a la sociedad, pero quizás esas causas también se aprovecharon bastante de él. Los creyentes en las grandes teorías conspiranoicas, los que creen que las prioridades del país se definen unilateralmente por la persecución a distintos sectores sociales y productivos, los que viven de mitos económicos desgastados en el resto del mundo, encontraron en él un interlocutor como pocas veces tuvieron en la historia del país. Es eso lo que lamentan, principalmente. 

Seamos sinceros, lo que vimos en estos días no fueron muestras de sufrimiento por la pérdida de un hombre, sino expresiones de deseo sobre la continuidad de un proyecto político. Creo que eso lo dice todo. El hombre que utilizó a la política como medio para alcanzar cualquier fin, sea multiplicar astronómicamente su patrimonio, o acumular más poder, terminará siendo utilizado después de su muerte como un ícono de la primitiva izquierda nacional. Triste destino nos espera con semejante legado.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Casa tomada

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No quería dejar pasar el tema de las tomas de colegios, porque resalta todavía más el espíritu típico de la Argentina de estos días, donde se encuentra prácticamente legalizado que sectores políticos o sindicales de los más diversos orígenes mantengan sitiada una ciudad y hasta un país buscando legitimidad para su reclamo. Acá van algunas consideraciones.

Si este tipo de acciones violentas ocurriera en una escuela privada, el grupo de alumnos que lo hiciera sería expulsado inmediatamente. Lo más obvio que uno puede pensar es: ¿Por qué esa desvalorización del espacio público? Y más aún, ¿por qué esa desvalorización de lo público de parte de personas que creen que el Estado debe intervenir en todo, desde la cantidad de grasas trans que consumo hasta la fabricación de papel?

No faltó quien, en medio de este delirio, dijera que el Jefe de Gobierno es un fascista por pretender que se tomen los nombres y se sancione a los ''estudiantes'' involucrados. Por supuesto, no constituye un acto fascista que el mismo centro de estudiantes del Pellegrini espíe y haga listas negras con otros alumnos del mismo colegio. Se olvidan, por cierto, que en Chile se dieron manifestaciones estudiantiles mucho más concurridas, y al gobierno de centroizquierda de la fascista Bachelet no le tembló el pulso en hacer aplicar la ley. Dudo que quienes toman colegios gritando a los cuatro vientos que su objetivo es ''echar'' a Macri, votado por el 60% de los porteños, sean la brújula para determinar qué constituye un acto fascista.

Es ya un lugar común decir que quienes acusan a Macri de ''privatizador'' sin demasiado sustento y como si tal cosa fuera un insulto, son los primeros en contribuir al aumento de la matrícula en los colegios privados. Y no estamos hablando de sectores adinerados, hablamos de padres que muchas veces a duras penas pueden cumplir con la cuota, pero saben que es la única manera de garantizarles a sus hijos una educación que el sistema público ya no les ofrece, en gran medida por fenómenos como estos.

El hecho de que las opiniones de la clase política oscilaran entre evitar pronunciarse o defender explícitamente un acto ilegal como la toma de colegios, me hace pensar que la anomia se ha convertido en el statu quo y el respeto por los derechos de otros en algo revolucionario. Y no se trata solamente del interés de los opositores al macrismo por sacar rédito político de un conflicto que afecta principalmente al Jefe de Gobierno porteño, ojalá fuera sólo eso.

El progresismo posee un prejuicio clave para analizar la realidad: según ellos, los actos violentos o delictivos no son susceptibles de castigo, porque sólo serían la manifestación de un problema más profundo. Aquél que comete crimenes gravísimos no está atentando contra la vida de sus víctimas, sólo expresa las injusticias y las desigualdades económicas de la sociedad. Con la toma de escuelas, aparentemente que un grupo minúsculo de estudiantes con la ayuda de infiltrados del Partido Obrero mantenga de rehenes a miles de alumnos primarios, secundarios, y terciarios, sólo evidencia la falta de financiamiento educativo. Y es una retórica muy efectiva, sin dudas. Efectiva para barrer los problemas bajo la alfombra y no solucionar los temas profundos ni las supuestas ''manifestaciones'' de esos temas.

Delirantes y extremistas hay en todos lados. El problema es que encuentren eco en los actores políticos mayoritarios, que se supone deben tener un rol pedagógico en cuanto a marcar cuáles deben ser las normas de la convivencia democrática. Esto no se trata de un tema de izquierda o derecha: dirigentes ya bastante adultos como para salir del delirio ideológico adolescente deberían saber que no les da un aire cool apoyar este tipo de cosas. 

Importa poco si el presupuesto educativo es insuficiente o no se ejecuta como se debe. En el conurbano hay escuelas con comedores que reciben menos de $1 por chico. La escuela pública a la que yo iba ni siquiera tenía inodoros en el baño, sino letrinas, y hablamos de una escuela céntrica de Luján. Jamás se nos hubiera ocurrido tomar el colegio, aunque quizás no eramos tan románticos como un guevarista lookeado como punk que se deshace tan rápido como una fondue ante la pregunta de Ernesto Tenembaum sobre en qué aspectos Macri privatiza la educación. Se ve que las clases de ''Argumentación'' las dieron justo cuando la escuela estaba tomada.

Ojalá algún día entremos en una etapa donde la aplicación de la ley no sea considerada una conspiración de la derecha reaccionaria. Fíjense de qué manera he bajado mis objetivos: no estoy pidiendo que la Argentina se convierta en un paraíso del libre mercado al estilo Hong Kong, sino algo tan simple como que el respeto por las normas sea algo deseable para la totalidad de la clase política.

sábado, 21 de agosto de 2010

#FidelTel

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Una vez más el Leviatán nos habló, demostrando que puede ser tan poderoso como lo desee. Una vez más, un grupo en Facebook es lo más
cercano a representatividad que pudimos conocer. Una vez más, la historia sobre el espíritu del verdadero monopolio, no me la tuvieron que contar. Una vez más, cargan la placa de la vergüenza pública. Una vez más, nos miramos desconcertados buscando el auxilio de la justicia. Una vez más, la inconstitucionalidad y el fracaso se visten de gala en la mesa de los pingüinos. Una vez más, la libertad es un axioma metafísico. Una vez más, están jocosos y expectantes por experimentar con este nuevo subsidio a la razón.


Quiero ser breve, porque tengo un objetivo que es breve: QUE RESPETEN MI LIBERTAD.

El kirchnerismo tiene en jaque el país y sin embargo, es el grupo político con mayor imagen positiva.


¿Tan pocos somos los de objetivos breves?


Libertad es también libertad económica. Fibertel es solamente una de las etapas del plan.

viernes, 13 de agosto de 2010

Good bye, Juan Domingo!

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Si Perón se levantara hoy de su tumba, con seguridad (siempre que su psiquis se halla mantenido bajo los mismos parámetros de neurosis) habría de estar maravillado con esta Argentina que supieron conseguir. No sé si muchos coincidirán conmigo en la idea de que el kirchnerismo es la doctrina más cercana al peronismo original, el ideado por Juan Domingo allá por mitad del siglo pasado. Lo cierto, o al menos mi verdad, es que aquellos peronistas que hoy no aplauden las políticas emanadas desde el estado, no son peronistas. Lo que sí puedo llegar a considerar, es que aquellos que festejaban el dogma, los ortodoxos, han ido evolucionado en forma directamente proporcional a la involución del papel del estado. Se encolumnaron inconscientemente detrás de una realidad que nunca exisitió (?) o bien, el tiempo alteró esa representación. Con esto intento decir que el trecho que nos separaba de la civilización está siendo salteado al menos, por una gran parte de la población.

Esta población, es la que comienza a quejarse porque los planes sociales se reparten como si fueran caramelos, y al mismo tiempo ven, que de manera mágica, las cosechas de tomate o lechuga fueron pésimas y deben pagar horrores para comer una ensalada. Hoy lamentan que los jubilados no puedan acceder a sus ahorros de toda la vida, pero sin embargo ganaron un pase gratis para ver fútbol “democratizado”. Con dolor asisten a hospitales que no tienen recursos para funcionar ni a media máquina, que la educación da asco por donde se la mire y que a la cinefilia, se le sumó ahora, la negrofilia. Claro que también podemos sentirnos orgullosos de una flor de empresa de aviones cuyas finanzas nunca dejaron de estar en un rojo furioso.

Exijo como ciudadana, un poco de honestidad moral e intelectual en estos tipos que se siguen llamando peronistas y que hoy están graciosamente (y lo digo aliviada) en contra del robo al sector del agro, a favor de la libertad de expresión en serio, y trabajando para darle un lugar al sector privado de la producción... A estos que se dicen peronistas, el mismísimo Perón les hubiera dado una patada en el traste en la primera de cambio. Ante todo hay que sincerarse con la democracia, y como dijo el sabio Hayek, hay que percatarse del verdadero credo de uno, si lo que en verdad se pretende, es el triunfo en esta contienda de ideas. El resultado de esta falta de sinceridad hace que hoy, en el 2010, existan cien (quizás más) ramas del peronismo dando vueltas y buscando un lugar en los espacios de poder, pensando que solo se puede obtener mayoría, si logran asimilar, un poco más o un poco menos, los discursos de aquél caballero fascista que llegó para seccionar la lógica de la república y que muy a nuestro pesar, ha sabido dejar excelentes beneficiarios del legado.

Seguramente estos últimos personajes de anormalidad difundida, serán los próximos ganadores en el 2011, es muy probable que ni siquiera tengan que enfrentar una segunda vuelta. La situación se seguirá repitiendo hasta el momento en que dejemos de avergonzarnos por decirnos antiperonistas, anticomunistas, liberales o como a ellos más les gusta: gorilas. No somos lo mismo que ellos, no intentemos entrar por el lado de la etiqueta y la genuflexión ante el busto de Evita. Somos promotores de la libertad, no concebimos al estado como todopoderoso y no está mal que lo hagamos saber.

Es cierto que lidiar con la concepción estatista desgasta mentes lúcidas, pero la determinación nunca debe estar de más, simplemente porque pensamos en un futuro de progreso, sin mártires ni líderes que me la cuenten como mejor se la imaginaron.

Hay que llamar a las cosas por su nombre, a la libertad, libertad y a la anomia autoritaria, simplemente PERONISMO.