sábado, 21 de agosto de 2010

#FidelTel

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Una vez más el Leviatán nos habló, demostrando que puede ser tan poderoso como lo desee. Una vez más, un grupo en Facebook es lo más
cercano a representatividad que pudimos conocer. Una vez más, la historia sobre el espíritu del verdadero monopolio, no me la tuvieron que contar. Una vez más, cargan la placa de la vergüenza pública. Una vez más, nos miramos desconcertados buscando el auxilio de la justicia. Una vez más, la inconstitucionalidad y el fracaso se visten de gala en la mesa de los pingüinos. Una vez más, la libertad es un axioma metafísico. Una vez más, están jocosos y expectantes por experimentar con este nuevo subsidio a la razón.


Quiero ser breve, porque tengo un objetivo que es breve: QUE RESPETEN MI LIBERTAD.

El kirchnerismo tiene en jaque el país y sin embargo, es el grupo político con mayor imagen positiva.


¿Tan pocos somos los de objetivos breves?


Libertad es también libertad económica. Fibertel es solamente una de las etapas del plan.

viernes, 13 de agosto de 2010

Good bye, Juan Domingo!

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Si Perón se levantara hoy de su tumba, con seguridad (siempre que su psiquis se halla mantenido bajo los mismos parámetros de neurosis) habría de estar maravillado con esta Argentina que supieron conseguir. No sé si muchos coincidirán conmigo en la idea de que el kirchnerismo es la doctrina más cercana al peronismo original, el ideado por Juan Domingo allá por mitad del siglo pasado. Lo cierto, o al menos mi verdad, es que aquellos peronistas que hoy no aplauden las políticas emanadas desde el estado, no son peronistas. Lo que sí puedo llegar a considerar, es que aquellos que festejaban el dogma, los ortodoxos, han ido evolucionado en forma directamente proporcional a la involución del papel del estado. Se encolumnaron inconscientemente detrás de una realidad que nunca exisitió (?) o bien, el tiempo alteró esa representación. Con esto intento decir que el trecho que nos separaba de la civilización está siendo salteado al menos, por una gran parte de la población.

Esta población, es la que comienza a quejarse porque los planes sociales se reparten como si fueran caramelos, y al mismo tiempo ven, que de manera mágica, las cosechas de tomate o lechuga fueron pésimas y deben pagar horrores para comer una ensalada. Hoy lamentan que los jubilados no puedan acceder a sus ahorros de toda la vida, pero sin embargo ganaron un pase gratis para ver fútbol “democratizado”. Con dolor asisten a hospitales que no tienen recursos para funcionar ni a media máquina, que la educación da asco por donde se la mire y que a la cinefilia, se le sumó ahora, la negrofilia. Claro que también podemos sentirnos orgullosos de una flor de empresa de aviones cuyas finanzas nunca dejaron de estar en un rojo furioso.

Exijo como ciudadana, un poco de honestidad moral e intelectual en estos tipos que se siguen llamando peronistas y que hoy están graciosamente (y lo digo aliviada) en contra del robo al sector del agro, a favor de la libertad de expresión en serio, y trabajando para darle un lugar al sector privado de la producción... A estos que se dicen peronistas, el mismísimo Perón les hubiera dado una patada en el traste en la primera de cambio. Ante todo hay que sincerarse con la democracia, y como dijo el sabio Hayek, hay que percatarse del verdadero credo de uno, si lo que en verdad se pretende, es el triunfo en esta contienda de ideas. El resultado de esta falta de sinceridad hace que hoy, en el 2010, existan cien (quizás más) ramas del peronismo dando vueltas y buscando un lugar en los espacios de poder, pensando que solo se puede obtener mayoría, si logran asimilar, un poco más o un poco menos, los discursos de aquél caballero fascista que llegó para seccionar la lógica de la república y que muy a nuestro pesar, ha sabido dejar excelentes beneficiarios del legado.

Seguramente estos últimos personajes de anormalidad difundida, serán los próximos ganadores en el 2011, es muy probable que ni siquiera tengan que enfrentar una segunda vuelta. La situación se seguirá repitiendo hasta el momento en que dejemos de avergonzarnos por decirnos antiperonistas, anticomunistas, liberales o como a ellos más les gusta: gorilas. No somos lo mismo que ellos, no intentemos entrar por el lado de la etiqueta y la genuflexión ante el busto de Evita. Somos promotores de la libertad, no concebimos al estado como todopoderoso y no está mal que lo hagamos saber.

Es cierto que lidiar con la concepción estatista desgasta mentes lúcidas, pero la determinación nunca debe estar de más, simplemente porque pensamos en un futuro de progreso, sin mártires ni líderes que me la cuenten como mejor se la imaginaron.

Hay que llamar a las cosas por su nombre, a la libertad, libertad y a la anomia autoritaria, simplemente PERONISMO.