lunes, 22 de diciembre de 2008

Esto sí es peronismo

Compartir La sociedad y la cultura política argentina han internalizado tanto al peronismo y a los desvalores que proclama, que éste se ha convertido en otra de esas filosofías de las "buenas intenciones" como el socialismo. Si los primeros gobiernos de Perón no resultaron, fue por la acción de la oligarquía, si en los setenta no funcionó, fue por López Rega o los militares, si en los '90 fracasa, la culpa es del neoliberalismo, nunca del peronismo. Y ahora, cuando el kirchnerismo caiga, por su propia naturaleza, tendremos que escuchar a los históricos dirigentes repetir, cuando se recuerde a Kirchner, "¡pero eso no fue peronismo!".

Es idéntico al socialismo en el sentido de que la responsabilidad del fracaso nunca estará en los conceptos o ideas equivocadas, sino en los malos ejecutores o los agentes externos, llámense éstos Departamento de Estado, Spruille Braden, CIA, López Rega, Consenso de Washington, y un largo etcétera. Porque a la hora de echar culpas afuera nadie es más implacable que un populista derrotado, y de eso todos tienen experiencia, tarde o temprano.

Nadie podrá tocar a Perón y a Evita por todo el bien que le han hecho a la humanidad, entonces cada peronista busca medirse en relación con ese ideal. Cualquier coalición incoherente está permitida, desde la Ucedé a la Federación Tierra y Vivienda, siempre y cuando se acepte llevar el escudo y cantar la marchita a todo volumen.

Por eso fueron capaces de subsistir y sostener sus contradicciones durante tantos años. Son la peor mezcla entre El Padrino y El príncipe de Maquiavelo en su versión más berreta. Porque su única ideología, además de la idiotez política típica de la región, es el poder, conquistarlo y mantenerlo como sea necesario. Se adaptan a cualquier contexto y a cualquier ánimo social, mientras les permita seguir manteniendo su status de clase política corporativa y sus símbolos característicos.
Cada oportunidad que este país le dio al peronismo, desde 1946 a 2007, se convirtió en una oportunidad perdida. Les creen una y otra vez como si fueran un partido nuevo surgido desde abajo. ¿Y ahora también les creyeron cuando dijeron que esperaban gobernar sin divisiones, superando antinomias? Se olvidaron de Cipriano Reyes, de Rucci y Vandor, de la Matanza de Ezeiza, y del conflicto con el campo. Si alguien que votó al peronismo en las últimas elecciones esperaba un partido de conducta republicana, debería mirar hacia otro lado.

Y le dieron esas oportunidades y volverán a dárselas porque los argentinos sólo identifican como ladrones a Menem o a Duhalde y quizás luego a Kirchner, nunca al primer peronismo o a algunas ideas que subyacen detras de todos ellos. La soberanía política, la independencia económica o la justicia social son fines siempre deseables y justos en si mismos, lo malo son las personas que los llevan a cabo. Así, nuestro país entró en el mismo círculo vicioso de los países del bloque soviético o del resto de latinoamérica con el populismo, haciéndose la pregunta: ¿Cómo puede ser que falle ese sistema que les parecía perfecto en la teoría, que iba a traer felicidad para niños y adultos por igual?

viernes, 12 de diciembre de 2008

25 años de democracia

Compartir "Si superamos nuestra esquizofrenia, tenemos que ver que por encima de cualquier ideología, existe un inmenso aparato estatal improductivo que se lleva alrededor del 55 por ciento del producto bruto del país. Lo estamos manteniendo en estado vegetativo, y nos está hundiendo, ahogando cualquier posibilidad de recuperación. Otra cosa es sujetarnos de nuevo a la ley, que ha sido olímpicamente ignorada durante estos años. También tenemos que cambiar las estructuras corporativas del país que se sustentan en la oligarquía sindical, la militar, la de los partidos políticos que en su conjunto forman casi un sólo partido porque no hay diferencias programáticas. Otra oligarquía es la de los empresarios privados, y en esto incluyo a las multinacionales extranjeras, que no viven realmente de la producción sino de los subsidios del Estado, del mercado cambiario, en fin: de la acción del poder político."

Estas palabras tan sabias, que describen perfectamente a la Argentina de finales del 2008, fueron dichas por el periodista Jesús Iglesias Rouco, en una entrevista hecha el día 10 de Diciembre de 1983 para la Revista Gente. Me produjo cierto temor observar que las preocupaciones de aquél hombre ante la oportunidad histórica que vivía el país en aquella fecha no distan mucho de las nuestras en éstos días. Básicamente, el orden recuperado en 1983 nos dió elecciones libres, pero de ninguna manera significó una vuelta a los principios republicanos y liberales de nuestra primera Constitución Nacional. Como señalaba aquél periodista tan provocador, vivíamos entonces en un período de atraso ideológico de nuestros partidos y de las estructuras estatales y empresariales, y seguimos viviéndolo ahora, quizás en un mayor nivel en algunos casos.
Se repite como un lugar común en todos los discursos conmemorativos de esta fecha, que la democracia todavía tiene una "deuda social" importante, casi como si la posibilidad de elecciones libres fuera directamente proporcional a la reducción de la pobreza. Si esto fuera así, Venezuela (democrática desde 1958) sería uno de los países más ricos del mundo. A mi entender, es la deuda institucional la que necesita saldarse. Teníamos una Constitución que García Hamilton califica de "poema" por su sencillez y claridad en cuanto a las normas establecidas, hasta que en 1994 fuera convertida, por acuerdo de ambos partidos, en un compilado de tratados internacionales y "derechos sociales" que contradicen todas las ideas por las que lucharon nuestros padres fundadores.

Somos una nación que, desde su fundación, se reclamaba "representativa, republicana, y federal" En cuanto a lo primero, elegimos legisladores a través de un sistema de listas sábanas, compuestas por gente elegida a dedo que no representa a nadie. No habrá verdadera representación hasta que no se reformen las elecciones del Poder Legislativo. La carencia de lo segundo es la más obvia, desde los superpoderes, los decretos de necesidad y urgencia, hasta el Consejo de la Magistratura, es obvio que la división del poderes es sólo "letras de molde" como le gusta decir a la presidenta. El federalismo es otra cosa del pasado: los gobernadores se han convertido en meros sátrapas del poder de turno, comportándose como soldados del gobierno nacional sólo en busca de que se les asignen más recursos.

A Rouco le preocupaba el consenso generado alrededor de las ideas socialistas o corporativistas encarnadas por el peronismo y el radicalismo. Eso no ha cambiado en 25 años. Quisiera creer que se trata sólo de la ausencia de líderes convocantes, o de partidos incapaces de llegar a la gente. De lo contrario, este consenso sólo podría explicarse como un reflejo de las ideas del argentino promedio, basadas en el nacionalismo económico y el caudillismo político, con el atraso que ellos representan. Espero sinceramente que la democracia sirva como forma de aprendizaje, y que con el tiempo empecemos a reclamar una mayor calidad institucional, teniendo en cuenta hacia dónde nos lleva este autoritarismo electivo.

domingo, 7 de diciembre de 2008

Mi navidad K

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El año se termina en pocos días, y como era de prever, no hay medidas sensatas para tener en cuenta en un posible listado de las mejores disposiciones u ocurrencias K. Falta poco para que en la mayoría de las mesas argentinas se brinde ansiando la llegada de un mejor año, o esperando al menos que este 2009 no nos encuentre peor de lo que estamos. Cosa poco probable, pero si tenemos en cuenta que estamos en la Argentina, todo puede multiplicarse menos las buenas medidas. Los anuncios de la Presidenta son alarmantes, los nuevos planes de gobierno tienen como objetivo que todas las familias puedan acceder al derecho de tener un 0 Km parado en la puerta de su casa, luego quizás, se vendrá el derecho de poseer una parcela digna en algún country prestigioso, y así se me ocurren miles de opciones dentro de la ilusión igualócrata; ¡y pensar que me reía cuando me contaban de las colonias de vacaciones gratis para los hijos de los trabajadores que supo avivar el general!. Si algunos se sorprendieron con la expropiación de aerolíneas, o con la confiscación de los ahorros a los jubilados, entonces merecen mis ¡¡felicitaciones!!, porque los Kirchner aún no lograron expropiarles la ingenuidad.
Los nuevos planes de automotores son terribles, y este hecho no tiene que ver con que yo sea una asquerosa egoísta y no quiera que miles de personas puedan comprarse el primer auto, ¿Qué cosa sería mejor?. Los fundamentos tienen que ver sobre todo con la economía, pero decir Kirchner y decir Economía es una contradicción de términos. Las familias podrán comprar en cuotas un cero kilómetro que quizás no puedan pagar, de hecho es muy probable que un gran porcentaje de ellas no pueda hacerlo debido, primero a la variabilidad de las cuotas y segundo a las cambiantes e inmejorables condiciones del país (ironía). Una inyección de 3100 millones de pesos para impulsar a la industria automotriz no es la solución más conveniente (y nunca lo ha sido), pero esta manía de que el estado deba hacerse cargo de todo mientras pueda no pasó de largo a los Kirchner, hasta incluso, pareciera que son tocados por la varita de la imbecilidad. Este dinero bien podría haber sido destinado a mejorar la condición de jubilados y pensionados, que con aumentos en sus haberes podrían haber reactivado el mercado de consumo dando una mejor base a un proyecto económico a corto y largo plazo. Uno realmente ya no sabe que pensar. Hay una cosa que tengo bien clara!! Y por eso elevo mis ruegos a todo el club de Cristina: dejen de hacer jurar a más y más ministros, necesitamos que se vayan, no que se multipliquen!… y peor aún si es para inaugurar su gestión con este tipo de medidas.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Opinión publicada

Compartir Cuando recorrí la Feria del Libro este año vi toda la atención que muchas editoriales le dedicaron al libro "La Doctrina Shock" de Naomi Klein. Incluso había una pantalla que proyectaba el documental basado en esta publicación. No lo he leído, porque es obvio que no gastaría $40, o incluso menos, en un libro de Klein, pudiendo encontrar en ese lugar autores interesantes a precios accesibles. Lo que me llama la atención, por la crítica que leí de Johan Norberg, es que la autora asegura que los políticos sacan ventaja de catástrofes o crisis de todo tipo para aplicar políticas de libre mercado. Básicamente, para la autora la historia del Siglo XX se caracterizó por la acción de malvados grupos neoliberales que sembraban el pánico en todas las regiones del planeta con el objetivo de aplicar políticas con las que nadie en su sano juicio podría estar de acuerdo. Es interesante la manipulación de los hechos que se puede hacer con este tipo de teorías, y si hay un caso en particular que sirve para refutarla, es el de Argentina. Eduardo Duhalde se aprovechó de los acontecimientos de diciembre de 2001 (provocados por él mismo y sus amigos del conurbano) para tomar el poder y aplicar políticas heterodoxas como la devaluación y la pesificación asimétrica, que significaron en términos reales un mayor ajuste que el que proponía gente sensata como Ricardo López Murphy y una pérdida enorme del poder de compra. Pero parece que este "capitalismo del desastre" solo existe para la inteligentsia anti-globalización cuando se trata de aplicar medidas liberales, pero de ninguna manera es así cuando se pretende la vuelta a un modelo corporativo industrialista.


Esta tarde estaba hojeando un libro de texto de geografía para la Secundaría Básica, y me llamó la atención la ideología que el manual manifiesta en cuanto a temas fiscales: "Para establecer un principio equitativo con otros sectores productivos del país, los gobiernos de algunos países fijan un impuesto sobre los ingresos que obtienen por las exportaciones, conoido como retenciones. (...) En el mundo desarrollado, particularmente en Europa, existe una política inversa, la producción primaria no sufre retenciones, sino que, por el contrario, es subsidiada. Esto origina desequilibrios en el comercio internacional" O sea, para los editores las retenciones no son un impuesto distorsivo o confiscatorio, sino que cumplen una funcion igualadora, lo distorsivo para ellos es promover una mayor producción agrícola. Deben haber recibido asesoría económica de Néstor Kirchner.

Bueno, hay algunas buenas noticias. Renunció Picolotti (¿Madonna Secretaria de Medio Ambiente?) y Saxby Chambliss ganó hoy en Georgia, lo que significa que los demócratas no tendrán 60 bancas en el Senado.