martes, 26 de agosto de 2008

Década infame

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Hubiera estado bueno que cualquiera de nosotros fuera feliz en una isla, en donde a cada uno se le ocurra lo más terrible para hacer de su destino y pueda tener la posibilidad de vivenciarlo haciéndose m... o no. Mi máximo deseo sería que del piso les cueste volver y bastante, para que al menos sufran la experiencia de haber tirado la posibilidad de su vida a la basura. Es grandioso pensar en el más supremo de los individualismos y autosuficiencias, pero también es justo que volvamos dos segundos a la realidad: el estado existe, y la extensión del estado es inversamente proporcional a la felicidad de los que vivimos bajo su influencia. Igualmente estoy convencida que el estado es ese mal necesario. Ahora bien; chau isla, chau exacerbación individualista, chau amor propio, interés personal; y en cambio, hola solidaridad, redistribución y todos para todos. Nos dijeron que esa es la verdadera felicidad, vivir para lograr la felicidad de todos, y si no es así, evitarla. Hace 60 años la demagogia de turno generalizó estas normas y un puñado de idiotas las convirtió en ley. La ley de la Argentina desde entonces es reivindicar al pobre, destrozar al mediano, y matar al grande; encontrar monstruos, demonizar décadas y enaltecer otras, manipular la historia y ceder la molotov a quien mejor me caiga; llamarse de izquierdas pero pertenecer a un partido de la ultraderecha más influyente del siglo pasado es cosa corriente, hablar de legitimidad pero aliarse con Venezuela, si me apuran, es entendible. Digo que soy de centro derecha y me miran con odio, digo que Fidel tuvo buenas iniciativas políticas y soy una intelectual. Estados Unidos no, China puede ser, pero ni siquiera conocen la realidad de alguno de los dos países. Tocar de oído es tan banal como ignorar la política por completo, al menos los segundos me generan algo parecido a la lástima. Y es obvio, la combinación entre ambas da como resultado esta realidad política en Argentina: una presidenta que no asume errores, que es capaz de decir las boludeces más grandes y quedar impune, que odia a los medios, que controla la economía, la sociedad y la opinión pública; que sufre comportamientos infantiloides que caracterizan a mas de un dirigente en Latinoamérica recreando monstruos increíbles en donde no los hay; y que no resuelve problemas pero tiene una capacidad insólita para crearlos. Pienso en el momento en que se representen los intereses de todos y no de unos pocos favorecidos y sobre todo sueño con dirigentes que razonen a partir de la realidad y no desde la nostalgia, es demasiado.

domingo, 3 de agosto de 2008

Dos discursos, dos países

Compartir Ayer todos los medios promocionaban la primera conferencia de prensa presidencial en cinco años como si se tratase del anuncio de un gran plan energético o de seguridad. Antes que nada, habría que decir que si la estrategia era mostrar algun cambio en las formas o el fondo del gobierno, no funcionó: la presidenta se atuvo a las mismas respuestas sin contenido de los reportajes de la semana anterior a las elecciones, evitando algunas preguntas o, con explícita hipocresía a la hora de defender lo indefendible. Otro dato curioso fue el debut del vocero presidencial, a quién, paradójicamente, nunca habíamos escuchado hablar. En EEUU los voceros presidenciales o los secretarios de prensa de la Casa Blanca son casi famosos.

Como siempre, ella tan alejada del humor y los problemas de la sociedad, que se supone deben marcar la agenda de un gobierno. A la hora de responder sobre Moreno, dijo que no se debía demonizar a los funcionarios, sino evaluarlos por la gestión. ¡Y es precisamente por su gestión que el Secretario de Comercio es tan criticado! (Salvo que negociar con empresarios a punta de pistola, intervenir mercados para arruinarlos, y mandar patotas a disolver cacerolazos no puedan ser considerados "gestión")

Mención aparte merece el comentario "con la plata del estado cualquiera es socialista". Exacto, porque con la plata de los sectores productivos cualquiera es ladrón. Creo que ni el psicoanalista más capaz podría sacar algo coherente de ese concepto de la redistribución, donde robar a los que más producen -y no administrar correctamente los servicios que al estado le corresponden- es una redistribución justa del ingreso.

El otro objetivo de la conferencia era opacar el discurso del presidente de la Rural, Luciano Miguens, siempre tan certero, correcto y argumentativo en sus críticas, tan alejado de las chicanas y los insultos de los últimos meses. A la vez, fue el más dialoguista y abierto de la Mesa de Enlace, destruyendo el estereotipo estúpido, anacrónico y demagógico de la "oligarquía golpista de la Sociedad Rural"

Realmente no conocía a este dirigente antes de su discurso en la rural del año pasado, tan contundente que suscitó polémica incluso cuando la opinión pública no tenía en cuenta ningún conflicto con el sector agropecuario. A veces, entre tanta acusación de golpismo, tanta demagogia, tanta falta de espíritu republicano, viene bien escuchar discursos así. Lo que sigue son fragmentos de ambos discursos, el de 2007 y 2008.

"Advertimos que la única forma de abastecer ambos mercados era, es y será aumentar la producción. Tan simple como eso. Nuestra advertencia no fue atendida. No se adoptó ninguna previsión. Y ante el inevitable reacomodamiento de los valores se reaccionó de la peor forma: el control de precios. Esta medida tan absurda como ineficaz se aplicó sobre la hacienda en pie, que no es responsable del precio final de la carne. Se perjudicó al productor sin beneficiar al consumidor" (2007)

"El exagerado intervencionismo en los mercados perjudicó no sólo al ganadero sino, fundamentalmente, a la República. Mientras las carnes argentinas padecen limitaciones a su exportación, resignando posiciones en el mercado internacional, nuestros competidores ganan espacios, difíciles luego de recuperar. Hay que despolitizar la discusión de la carne vacuna. Ya somos, por lejos, los mayores consumidores de carne vacuna del mundo, necesitamos producir más para exportar más.
Señores, ha llegado la hora de eliminar totalmente las retenciones. Ha llegado la hora de liberar las exportaciones. Ha llegado la hora de abrir nuevos mercados. Tenemos el privilegio de vivir y trabajar en una de las praderas más amplias y favorecidas de la tierra"
(2007)

"A la inflación se la debe combatir, no esconder. Combatir por sus causas y no por sus efectos. La inversión es un arma eficaz contra ella. Se debe crear, desde el Estado, un ambiente amigable que la haga posible. Nos preocupa especialmente el enfrentamiento con empresas privadas. Si la productividad y la competitividad crecieran, habría mayor oferta y calidad de bienes y servicios" (2007)

"Es tiempo de desarrollar el potencial productivo del país. Como productores, creamos riqueza, damos empleo, movilizamos la economía, y así contribuimos a una distribución equitativa de los ingresos. Basta ver en el interior el efecto multiplicador de la cosecha de 95 millones de toneladas. A pesar de los serios inconvenientes, el productor sigue poniendo el hombro" (2007)

"Hace ya casi un siglo y medio, nuestros fundadores concibieron un país forjado en la preeminencia del diálogo sobre la violencia, de la libertad sobre la opresión, de la educación sobre la ignorancia, y de la suprema dignidad del trabajo honrado" (2008)

"El 17 de julio las calles volvieron a llenarse celebrando el funcionamiento de las instituciones, el triunfo de la sensatez y el retorno de la convivencia que el País reclamaba" (2008)

"El campo salió a la calle para reclamar lo indispensable, y no para pedir lo imposible" (2008)

"El campo aporta el 47 % de su Producto Bruto Interno como impuestos, que se esfuman, en parte, en gastos innecesarios y no vuelven como mejor infraestructura o mejores servicios o más seguridad para los ciudadanos" (2008)

"Solo se requiere de un PLAN AGROPECUARIO NACIONAL a largo plazo, que despierte un real compromiso, que brinde confianza y certidumbre, y que cuente con un firme respaldo de los sectores público y privado, involucrados y comprometidos, tras tan noble causa" (2008)

Como resulta difícil en Argentina encontrar líderes dignos del primer mundo, a veces incluso dentro de la oposición, una riqueza de ideas como la de Miguens es sorprendente. Es una lástima que este año finalice su mandato en la Sociedad Rural. Me gustaría mucho verlo en un cargo público. ¿Suena la fórmula Miguens-Biolcati para el 2011?