viernes, 13 de agosto de 2010

Good bye, Juan Domingo!

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Si Perón se levantara hoy de su tumba, con seguridad (siempre que su psiquis se halla mantenido bajo los mismos parámetros de neurosis) habría de estar maravillado con esta Argentina que supieron conseguir. No sé si muchos coincidirán conmigo en la idea de que el kirchnerismo es la doctrina más cercana al peronismo original, el ideado por Juan Domingo allá por mitad del siglo pasado. Lo cierto, o al menos mi verdad, es que aquellos peronistas que hoy no aplauden las políticas emanadas desde el estado, no son peronistas. Lo que sí puedo llegar a considerar, es que aquellos que festejaban el dogma, los ortodoxos, han ido evolucionado en forma directamente proporcional a la involución del papel del estado. Se encolumnaron inconscientemente detrás de una realidad que nunca exisitió (?) o bien, el tiempo alteró esa representación. Con esto intento decir que el trecho que nos separaba de la civilización está siendo salteado al menos, por una gran parte de la población.

Esta población, es la que comienza a quejarse porque los planes sociales se reparten como si fueran caramelos, y al mismo tiempo ven, que de manera mágica, las cosechas de tomate o lechuga fueron pésimas y deben pagar horrores para comer una ensalada. Hoy lamentan que los jubilados no puedan acceder a sus ahorros de toda la vida, pero sin embargo ganaron un pase gratis para ver fútbol “democratizado”. Con dolor asisten a hospitales que no tienen recursos para funcionar ni a media máquina, que la educación da asco por donde se la mire y que a la cinefilia, se le sumó ahora, la negrofilia. Claro que también podemos sentirnos orgullosos de una flor de empresa de aviones cuyas finanzas nunca dejaron de estar en un rojo furioso.

Exijo como ciudadana, un poco de honestidad moral e intelectual en estos tipos que se siguen llamando peronistas y que hoy están graciosamente (y lo digo aliviada) en contra del robo al sector del agro, a favor de la libertad de expresión en serio, y trabajando para darle un lugar al sector privado de la producción... A estos que se dicen peronistas, el mismísimo Perón les hubiera dado una patada en el traste en la primera de cambio. Ante todo hay que sincerarse con la democracia, y como dijo el sabio Hayek, hay que percatarse del verdadero credo de uno, si lo que en verdad se pretende, es el triunfo en esta contienda de ideas. El resultado de esta falta de sinceridad hace que hoy, en el 2010, existan cien (quizás más) ramas del peronismo dando vueltas y buscando un lugar en los espacios de poder, pensando que solo se puede obtener mayoría, si logran asimilar, un poco más o un poco menos, los discursos de aquél caballero fascista que llegó para seccionar la lógica de la república y que muy a nuestro pesar, ha sabido dejar excelentes beneficiarios del legado.

Seguramente estos últimos personajes de anormalidad difundida, serán los próximos ganadores en el 2011, es muy probable que ni siquiera tengan que enfrentar una segunda vuelta. La situación se seguirá repitiendo hasta el momento en que dejemos de avergonzarnos por decirnos antiperonistas, anticomunistas, liberales o como a ellos más les gusta: gorilas. No somos lo mismo que ellos, no intentemos entrar por el lado de la etiqueta y la genuflexión ante el busto de Evita. Somos promotores de la libertad, no concebimos al estado como todopoderoso y no está mal que lo hagamos saber.

Es cierto que lidiar con la concepción estatista desgasta mentes lúcidas, pero la determinación nunca debe estar de más, simplemente porque pensamos en un futuro de progreso, sin mártires ni líderes que me la cuenten como mejor se la imaginaron.

Hay que llamar a las cosas por su nombre, a la libertad, libertad y a la anomia autoritaria, simplemente PERONISMO.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

http://karaduras.blogspot.com/

RELATO DEL PRESENTE dijo...

Estimado:

Como historiador, no puede escapar a tu conocimiento los contextos en los que se desarrollan las ideas. La Argentina y el mundo de 1943 era tan, pero tan distinta a las de la década del `70 y por ende, a la de 2000, que queda un poco desubicado hacer la comparación. Un mundo en guerra, todos contra todos y un país en el que el banco central revienta de guita y la gente no tiene asegurada ni un sólo derecho laboral y/o social, es distinto a un país en el que cualquier clase media puede comprarse un depto, irse de vacaciones y cambiar el auto, a pesar de la debacle económica -1973- o a una clase media cuyo único anhelo es no caer en la pobreza -2010- en un país que ha dejado pasar una oportunidad que nunca en la puta vida tuvo ni creo que vuelva a tener.

Doctrinariamente hablando, las ideas de Perón fueron mucho más claras de lo que ha pintado la historia en general que se ha construído en torno a él y la comparación con este Gobierno más cercano a la infiltración marxista lenninista que Perón denunciara en 1973, al peronismo ortodoxo de la década del 40/50, es fallida, al menos desde mi punto de vista tan discutible como el suyo.

Y la principal diferencia, es la búsqueda de la unidad nacional.

Un gran abrazo

Ayn Rand dijo...

Entiendo tu punto de vista RDP,sobre todo se agradece el respeto con el que opinás. Las ideas de Perón según mi humilde análisis, y coincidiendo en este sentido con tu apreciación, fueron muy claras y dirigidas hacia un objetivo único: unificación de intereses de todos los sectores productivos en pos de algo que para las economías planificadas, es el bien común o bien del pueblo, mediante un espíritu de noble "Duce" que guía hacia las bondades de una maná ficticio, claro. Digo ficticio porque entiendo que la pérdida de la individualidad en favor de un estado benefactor no es entendible dentro de una economía de libremercado, o más sencillamente de una filosofía liberal que es la que defiendo. Quizás las comparaciones, siempre resultan algo anacrónicas y odiosas también, pero esa condición no es suficiente para quitarlas de circulación. En la historia se tiende a comparar en muchas ocasiones. Los logros que un peronista puede destacar de aquellos tiempos, no coinciden con los logros que quisiera atribuir a un estado. Podría citar cientos de cuestiones, pero la concepción en la que se quita libertad al individuo, en beneficio de un todo superior (omnipotente), no cuadra con los principios de una República. Si no se comparten esos objetivos de mínima, es al menos complejo conversar seriamente sobre el futuro del país. Esa es una situación muchísimo más preocupante que el hecho de realizar una comparación. Saludos!

pd: Quería aclarar que pertenezco al prodigioso género femenino, jajaj Soy estimadA.

RELATO DEL PRESENTE dijo...

Estimadísima:

Mil disculpas! Te juro que pensé que estaba escrito por Fran.

En fin, hay que tener cuidado con las personas a las que escuchamos hablar de hechos pasados. Porque la visión de las cosas es subjetiva, como todo. Por eso son tan precisos los libros del Tata Yofre, son tan solo una recopilación de documentos valiosísimos que destrozan la inmensa cantidad de pelotudeces que nos han metido en la cabeza con variaciones dependientes de la ventaja de cada orador.

Perón ha impuesto una doctrina a un partido y, sin embargo, cuando en el 73 le fueron a cuestionar por qué designaba a gente que no era del partido en cargos claves, respondió "Primero soy Presidente de la Nación, y tengo que pensar lo mejor para la Nación". Eso demuestra un pragmatismo que se hace evidente en esa fluctuación que se percibe entre las políticas adoptadas en su primer gobierno, frente a las del segundo y, ni que hablar, las del tercero.

Obviamente, son cuestiones dogmáticas, uno cree o revienta. Sin embargo, por más que seas de ideología liberal, tenés que reconocer que la Argentina no es un país de Europa, con miles de años de evolución. Y, aunque muchos pretendan que miremos el ejemplo de la Alemania unificada y su evolución en 20 años, tampoco es un modelo que se nos pueda aplicar. Tienen una nación milenaria, nosotros siquiera tenemos nación.

Imaginate que en esta ideosincracia, los derechos sociales y laborales, eran sagrados. Veníamos de un país ultraconservador, y en gran medida, lo siguió siendo.

Ley de divorcio, educación laica, derechos cívicos a la mujer, derechos laborales, son las cosas que más se recuerdan.

Pero detrás de la monstruosa obra pública, también existía un país que no tenía infraestructuras, y al que la bonanza del Banco lleno se le iba a acabar.

Por eso, el estado benefactor construyó millones de viviendas, el 80% de las rutas existentes, 11500 escuelas, 7000 colegios, 1000 industriales, 5000 hospitales, 53 instituos especializados de medicina (los mismos que existen hoy, nunca más se contruyó otro) las primeras autopistas, la modernización del puerto, construcción de represas electricas y centrales atómicas para prever el crecimiento industrial a futuro, con su consecuente demanda (igualito a lo que hacen estos hijos de puta, que nos dejan sin gas, luz, agua, nafta...)

Perón mismo fue consiente de que el Estado Benefactor era temporario. Y de hecho, en su segundo mandato, empezó a gestionar la privatización de algunas empresas públicas, antes que lo derrocaran.

Era pragmatismo y previsión, era aplicar el modelo necesario en el momento indicado. El problema radica en que la inmensa mayoría de los arribistas e infiltrados al partido de hoy en día, no tienen carácter pragmático y evolutivo. Se quedaron con una foto de una época y hasta les duele verlo de uniforme militar.


En fin, disculpas nuevamente por la confusión. Y no te olvidesLas ideologías nos separan, pero los ideales nos unen.