martes, 16 de noviembre de 2010

Constitucionalismo for dummies

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Ironía del día: en mi biblioteca encontré un ejemplar de la Constitución Nacional, editado en los años '90, por Página/12. Sí, leyeron bien, hubo un momento en el que a Página/12 le preocupó tanto la Constitución como para lanzar dos ediciones. Si existiera el detector de sarcasmo que inventó el científico de Los Simpson, seguramente explotaría al escuchar esto. Después, el diario abandonó esa preocupación (en serio, alguna vez la tuvo?) y se dedicó a servir de usina ideológica de ese gobierno al que no se le cae una idea, y armar causas judiciales contra opositores.

En fin. Me preguntaba si en toda esta discusión sobre el presupuesto no habrá algo que arroje cierta claridad sobre el tema, porque entre los oficialistas que creen tener más atribuciones que Luis XIV y los opositores blandos que tienen tanto miedo de ser catalogados de golpistas que hacen concesiones con lo que sea, uno se confunde y termina pensando cualquier cosa. Hasta que encontré este pequeño párrafo en ese libro lleno de polvillo y telarañas que cité recién:

Capítulo cuarto
Atribuciones del Congreso
9-Fijar anualmente, conforme a las pautas establecidas en el tercer párrafo del inciso 2 de este artículo, el presupuesto general de gastos y cálculo de recursos de la administración nacional, en base al programa general de gobierno y al plan de inversiones públicas y aprobar o desechar la cuenta de inversión. 
Más que claro: al Congreso le corresponde realizar el presupuesto, y al Poder Ejecutivo, ejecutarlo. No se trata de una cuestión semántica para los delirios de esnobismo intelectual de Cristina Kirchner, es un artículo corto y sencillo que dice claramente que tales atribuciones le pertenecen al Congreso. Pero ella rechazó cualquier posibilidad de que sea tratado y modificado por la cámara que debe hacerlo, y en cambio pretende gobernar con el presupuesto de este año, aprobado por un Congreso anterior donde tenía amplias mayorías. ¿Cómo puede ser que haya diputados que no comprendan el atropello que estamos viviendo?

Uno no esperaría una defensa de la Constitución de parte de tipos como Dante Gullo, que ante la primera mención del tema te culpará de haber apoyado el golpe del '55, y hace bien en no esperar nada de ellos. Pero de personas como Laura Alonso, que hicieron toda una carrera en la búsqueda de la transparencia y control gubernamental, uno no puede más que irritarse al leer sus declaraciones diciendo que tenía intenciones de votar el presupuesto del Ejecutivo y que por ese motivo se retiró de la sesión. De nuevo, uno puede esperar estas cosas de quienes no le asignan a la Constitución mayor valor que a un rollo de Higienol, pero de la ex titular de una organización que lleva el nombre de ¡¡Poder Ciudadano!! uno podría esperar algo mejor que eso. 

Otro momento en el que los oficialistas esgrimen erróneamente la Constitución -esos momentos únicos de la TV por cable, donde uno debería tener listo el VHS y apretar REC(?)- es hablando del vicepresidente Cobos y justificando los pedidos de renuncia que hacen contra éste. Daniel Filmus, entre otros, dijo que era inconstitucional que el vicepresidente votara en contra de la voluntad del Ejecutivo. Entonces, me puse a buscar en las atribuciones del vicepresidente en el capítulo del Senado, y no dice nada remotamente parecido a eso. El vicepresidente sólo tiene voto en caso de empate, y eso sólo ocurrió 2 (dos) veces desde el conflicto contra el campo. 
Es curioso que les pesen más las disidencias de un vice que proviene del radicalismo -al punto de provocar un golpe institucional haciéndolo renunciar- que la defección de decenas de legisladores peronistas que fácilmente hubieran prestado su voto en otro momento para cualquier atrocidad kirchnerista. ¿Quizá no descarten una vuelta al barco de estos últimos?

domingo, 7 de noviembre de 2010

Para la república, un saldo muy negativo

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Me temo que la muerte de Néstor Kirchner, como tantos episodios dramáticos de la historia argentina, no dejará ningún aprendizaje positivo para el sistema democrático. Tal hipótesis se ve confirmada por la cobertura y las declaraciones de la mayor parte de la clase política, que pareció ignorar todo lo que había pasado hasta ese día y no se enfocó sobre aquellas lecciones que podríamos tomar de este evento.

Al despertarme y ver en todos los canales la noticia de su muerte, lo primero que pensé fue en la increíble ambición por el poder político del tipo. Ahora se hizo claro que conocía perfectamente su situación de debilidad física, y aún así sólo podía pensar en seguir acumulando poder: como diputado (a pesar de haber pisado el Congreso una sola vez), como presidente del PJ, como Secretario General de UNASUR, y su cargo más importante, como el Ministro de Economía en las sombras que siempre ejerció durante el gobierno de su esposa. Que un hombre claramente enfermo buscara concentrar tanto poder en su persona habla de lo poco que podía importarle el destino del país mientras su fortuna política fuera en aumento. Esta última frase podría sintetizar uno de sus principales defectos, que los medios en los últimos días trataron de disfrazar de virtud, inventando adjetivos como 'animal político' -como si centralizar el poder a expensas de las instituciones fuera algo elogiable- o hablando de la misma manera jocosa y simpática sobre su poca capacidad para el consenso. 

Creo que para la mayoría de quienes me leen, no hace falta desmitificar la imagen construida sobre Kirchner durante los días posteriores a su muerte, como si se tratara de un gran estadista. Duhalde sacó del bolillero su nombre, cuando le podría haber tocado a cualquier otro gobernador. Atravesó el mejor momento de los precios internacionales de las commodities argentinas de la historia, y el ajuste fiscal ya había sido hecho -de la peor manera- por el presidente anterior. A partir de ahí, logró exportar su modelo de caudillismo autoritario creado en Santa Cruz, al resto del país. Sobre lo que pasó después, este es un excelente resumen de su legado.

Merece también un llamado de atención el pésimo escrutinio de los medios sobre su salud. No se trataba solamente del esposo de Cristina Kirchner, hablamos de un candidato presidencial para el 2011, que hasta el mismo 27 de Octubre se creía que tenía grandes posibilidades de volver a ganar. Imaginemos por un momento que Dick Cheney, ex vicepresidente de EEUU, hubiera decidido ser candidato presidencial en 2008, habiendo tenido un largo historial de problemas cardíacos. Lo más probable es que la prensa hubiera destrozado sus intenciones de presentarse, hablando de la grave irresponsabilidad para un líder que debe cumplir un mandato de cuatro años y no está en condiciones de sostener el ritmo de vida que la presidencia requiere. Pero sería una broma de mal gusto pedirle a los amigos del poder de turno que viven como parásitos de la pauta oficial y el capitalismo de amigos, que realicen el escrutinio que corresponde al principal candidato presidencial del próximo año. En algunos países es necesario que los candidatos presenten su historial médico completo para ser revisado minuciosamente por la prensa. Acá teníamos que darnos por satisfechos si la Revista Noticias lograba enterarse de algún rumor escuchado en un pasillo de Los Arcos. La única honrosa excepción la merece Nelson Castro, quien había advertido sobre esto meses atrás, recibiendo el típico maltrato de los despreciables lameculos de siempre.

Un último pensamiento: me llamó la atención que la mayoría de los que circularon por todos los canales llorando a Kirchner no lamentaban su pérdida a nivel afectivo, no lloraban la pérdida de un padre, un esposo o un amigo. Lloraban la desaparición de quien había llevado a cabo su agenda de resentimiento y revanchismo. Florencia Peña dijo "quiero creer que su muerte va a servir para algo" como si su líder no valiera tanto como ser humano en si mismo sino como medio para lograr los fines políticos que ciertos sectores siempre tuvieron, y que Kirchner llevó a la práctica estos años como nunca antes. Se dijo muchas veces que el kirchnerismo se aprovechaba de ciertas causas para dividir a la sociedad, pero quizás esas causas también se aprovecharon bastante de él. Los creyentes en las grandes teorías conspiranoicas, los que creen que las prioridades del país se definen unilateralmente por la persecución a distintos sectores sociales y productivos, los que viven de mitos económicos desgastados en el resto del mundo, encontraron en él un interlocutor como pocas veces tuvieron en la historia del país. Es eso lo que lamentan, principalmente. 

Seamos sinceros, lo que vimos en estos días no fueron muestras de sufrimiento por la pérdida de un hombre, sino expresiones de deseo sobre la continuidad de un proyecto político. Creo que eso lo dice todo. El hombre que utilizó a la política como medio para alcanzar cualquier fin, sea multiplicar astronómicamente su patrimonio, o acumular más poder, terminará siendo utilizado después de su muerte como un ícono de la primitiva izquierda nacional. Triste destino nos espera con semejante legado.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Casa tomada

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No quería dejar pasar el tema de las tomas de colegios, porque resalta todavía más el espíritu típico de la Argentina de estos días, donde se encuentra prácticamente legalizado que sectores políticos o sindicales de los más diversos orígenes mantengan sitiada una ciudad y hasta un país buscando legitimidad para su reclamo. Acá van algunas consideraciones.

Si este tipo de acciones violentas ocurriera en una escuela privada, el grupo de alumnos que lo hiciera sería expulsado inmediatamente. Lo más obvio que uno puede pensar es: ¿Por qué esa desvalorización del espacio público? Y más aún, ¿por qué esa desvalorización de lo público de parte de personas que creen que el Estado debe intervenir en todo, desde la cantidad de grasas trans que consumo hasta la fabricación de papel?

No faltó quien, en medio de este delirio, dijera que el Jefe de Gobierno es un fascista por pretender que se tomen los nombres y se sancione a los ''estudiantes'' involucrados. Por supuesto, no constituye un acto fascista que el mismo centro de estudiantes del Pellegrini espíe y haga listas negras con otros alumnos del mismo colegio. Se olvidan, por cierto, que en Chile se dieron manifestaciones estudiantiles mucho más concurridas, y al gobierno de centroizquierda de la fascista Bachelet no le tembló el pulso en hacer aplicar la ley. Dudo que quienes toman colegios gritando a los cuatro vientos que su objetivo es ''echar'' a Macri, votado por el 60% de los porteños, sean la brújula para determinar qué constituye un acto fascista.

Es ya un lugar común decir que quienes acusan a Macri de ''privatizador'' sin demasiado sustento y como si tal cosa fuera un insulto, son los primeros en contribuir al aumento de la matrícula en los colegios privados. Y no estamos hablando de sectores adinerados, hablamos de padres que muchas veces a duras penas pueden cumplir con la cuota, pero saben que es la única manera de garantizarles a sus hijos una educación que el sistema público ya no les ofrece, en gran medida por fenómenos como estos.

El hecho de que las opiniones de la clase política oscilaran entre evitar pronunciarse o defender explícitamente un acto ilegal como la toma de colegios, me hace pensar que la anomia se ha convertido en el statu quo y el respeto por los derechos de otros en algo revolucionario. Y no se trata solamente del interés de los opositores al macrismo por sacar rédito político de un conflicto que afecta principalmente al Jefe de Gobierno porteño, ojalá fuera sólo eso.

El progresismo posee un prejuicio clave para analizar la realidad: según ellos, los actos violentos o delictivos no son susceptibles de castigo, porque sólo serían la manifestación de un problema más profundo. Aquél que comete crimenes gravísimos no está atentando contra la vida de sus víctimas, sólo expresa las injusticias y las desigualdades económicas de la sociedad. Con la toma de escuelas, aparentemente que un grupo minúsculo de estudiantes con la ayuda de infiltrados del Partido Obrero mantenga de rehenes a miles de alumnos primarios, secundarios, y terciarios, sólo evidencia la falta de financiamiento educativo. Y es una retórica muy efectiva, sin dudas. Efectiva para barrer los problemas bajo la alfombra y no solucionar los temas profundos ni las supuestas ''manifestaciones'' de esos temas.

Delirantes y extremistas hay en todos lados. El problema es que encuentren eco en los actores políticos mayoritarios, que se supone deben tener un rol pedagógico en cuanto a marcar cuáles deben ser las normas de la convivencia democrática. Esto no se trata de un tema de izquierda o derecha: dirigentes ya bastante adultos como para salir del delirio ideológico adolescente deberían saber que no les da un aire cool apoyar este tipo de cosas. 

Importa poco si el presupuesto educativo es insuficiente o no se ejecuta como se debe. En el conurbano hay escuelas con comedores que reciben menos de $1 por chico. La escuela pública a la que yo iba ni siquiera tenía inodoros en el baño, sino letrinas, y hablamos de una escuela céntrica de Luján. Jamás se nos hubiera ocurrido tomar el colegio, aunque quizás no eramos tan románticos como un guevarista lookeado como punk que se deshace tan rápido como una fondue ante la pregunta de Ernesto Tenembaum sobre en qué aspectos Macri privatiza la educación. Se ve que las clases de ''Argumentación'' las dieron justo cuando la escuela estaba tomada.

Ojalá algún día entremos en una etapa donde la aplicación de la ley no sea considerada una conspiración de la derecha reaccionaria. Fíjense de qué manera he bajado mis objetivos: no estoy pidiendo que la Argentina se convierta en un paraíso del libre mercado al estilo Hong Kong, sino algo tan simple como que el respeto por las normas sea algo deseable para la totalidad de la clase política.

sábado, 21 de agosto de 2010

#FidelTel

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Una vez más el Leviatán nos habló, demostrando que puede ser tan poderoso como lo desee. Una vez más, un grupo en Facebook es lo más
cercano a representatividad que pudimos conocer. Una vez más, la historia sobre el espíritu del verdadero monopolio, no me la tuvieron que contar. Una vez más, cargan la placa de la vergüenza pública. Una vez más, nos miramos desconcertados buscando el auxilio de la justicia. Una vez más, la inconstitucionalidad y el fracaso se visten de gala en la mesa de los pingüinos. Una vez más, la libertad es un axioma metafísico. Una vez más, están jocosos y expectantes por experimentar con este nuevo subsidio a la razón.


Quiero ser breve, porque tengo un objetivo que es breve: QUE RESPETEN MI LIBERTAD.

El kirchnerismo tiene en jaque el país y sin embargo, es el grupo político con mayor imagen positiva.


¿Tan pocos somos los de objetivos breves?


Libertad es también libertad económica. Fibertel es solamente una de las etapas del plan.

viernes, 13 de agosto de 2010

Good bye, Juan Domingo!

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Si Perón se levantara hoy de su tumba, con seguridad (siempre que su psiquis se halla mantenido bajo los mismos parámetros de neurosis) habría de estar maravillado con esta Argentina que supieron conseguir. No sé si muchos coincidirán conmigo en la idea de que el kirchnerismo es la doctrina más cercana al peronismo original, el ideado por Juan Domingo allá por mitad del siglo pasado. Lo cierto, o al menos mi verdad, es que aquellos peronistas que hoy no aplauden las políticas emanadas desde el estado, no son peronistas. Lo que sí puedo llegar a considerar, es que aquellos que festejaban el dogma, los ortodoxos, han ido evolucionado en forma directamente proporcional a la involución del papel del estado. Se encolumnaron inconscientemente detrás de una realidad que nunca exisitió (?) o bien, el tiempo alteró esa representación. Con esto intento decir que el trecho que nos separaba de la civilización está siendo salteado al menos, por una gran parte de la población.

Esta población, es la que comienza a quejarse porque los planes sociales se reparten como si fueran caramelos, y al mismo tiempo ven, que de manera mágica, las cosechas de tomate o lechuga fueron pésimas y deben pagar horrores para comer una ensalada. Hoy lamentan que los jubilados no puedan acceder a sus ahorros de toda la vida, pero sin embargo ganaron un pase gratis para ver fútbol “democratizado”. Con dolor asisten a hospitales que no tienen recursos para funcionar ni a media máquina, que la educación da asco por donde se la mire y que a la cinefilia, se le sumó ahora, la negrofilia. Claro que también podemos sentirnos orgullosos de una flor de empresa de aviones cuyas finanzas nunca dejaron de estar en un rojo furioso.

Exijo como ciudadana, un poco de honestidad moral e intelectual en estos tipos que se siguen llamando peronistas y que hoy están graciosamente (y lo digo aliviada) en contra del robo al sector del agro, a favor de la libertad de expresión en serio, y trabajando para darle un lugar al sector privado de la producción... A estos que se dicen peronistas, el mismísimo Perón les hubiera dado una patada en el traste en la primera de cambio. Ante todo hay que sincerarse con la democracia, y como dijo el sabio Hayek, hay que percatarse del verdadero credo de uno, si lo que en verdad se pretende, es el triunfo en esta contienda de ideas. El resultado de esta falta de sinceridad hace que hoy, en el 2010, existan cien (quizás más) ramas del peronismo dando vueltas y buscando un lugar en los espacios de poder, pensando que solo se puede obtener mayoría, si logran asimilar, un poco más o un poco menos, los discursos de aquél caballero fascista que llegó para seccionar la lógica de la república y que muy a nuestro pesar, ha sabido dejar excelentes beneficiarios del legado.

Seguramente estos últimos personajes de anormalidad difundida, serán los próximos ganadores en el 2011, es muy probable que ni siquiera tengan que enfrentar una segunda vuelta. La situación se seguirá repitiendo hasta el momento en que dejemos de avergonzarnos por decirnos antiperonistas, anticomunistas, liberales o como a ellos más les gusta: gorilas. No somos lo mismo que ellos, no intentemos entrar por el lado de la etiqueta y la genuflexión ante el busto de Evita. Somos promotores de la libertad, no concebimos al estado como todopoderoso y no está mal que lo hagamos saber.

Es cierto que lidiar con la concepción estatista desgasta mentes lúcidas, pero la determinación nunca debe estar de más, simplemente porque pensamos en un futuro de progreso, sin mártires ni líderes que me la cuenten como mejor se la imaginaron.

Hay que llamar a las cosas por su nombre, a la libertad, libertad y a la anomia autoritaria, simplemente PERONISMO.


domingo, 25 de julio de 2010

La idiotez crece a tasas chinas

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Beijing, un producto del modelo nacional y popular
Es una conducta usual en la política el tratar de justificar las acciones propias citando experiencias exitosas (y a primera vista similares) del resto del mundo. Incluso cuando eso significa presentar una visión enormemente distorsionada de lo que ocurre afuera, colocando en la misma categoría a políticas que, con una mirada un poco más cercana al asunto, se revelan como antagónicas.

En Argentina, esto usualmente significa convertir en el discurso a políticas económicas propias de la década de 1930 en algo tan moderno como un Blu-Ray o un iPad, porque aparentemente algún país exitoso las utiliza. Pero no hace falta más que dos minutos en Google para ver qué tan vacías son esas denominaciones. 

Los defensores del gobierno recurren constantemente a esta misma estrategia para justificar sus posiciones políticas. Eduardo Valdés, un ex jefe de gabinete de la Cancillería, dice en un artículo que parece propaganda del boletín oficial:
Frente a las recetas ortodoxas China enfrentó la crisis global con recetas neokeynesianas, expandiendo el gasto y fomentando el consumo. Ni se les ocurre pensar que el Banco Central de China pueda tener autonomía y el sistema previsional sólo lo administra el Estado.
Que analogía maravillosa. Según el autor, China sería una de las más grandes economías del mundo no por haberse abierto parcialmente al capitalismo y terminado con una sofocante planificación estatal. En absoluto, señores. China es potencia... ¡por seguir el modelo kirchnerista! Hay que reconocerle al autor su talento en la escritura de ficción, sin esa virtud no hubiera logrado semejante asociación entre una cosa y otra.

Recomiendo además que no se pierdan el decreto citado al comienzo, donde Cristina Kirchner obliga a los que hacen posgrados en Harvard a cursar Economía en China, o el del final del texto, donde se recomienda a los estudiantes chinos estudiar el peronismo debido a sus raíces comunes con el maoísmo. Es de tal realismo mágico, tan propio de esta región, que no tiene desperdicio.

Si uno revisa un poco el proceso histórico del desarrollo de China, es evidente que con la muerte de Mao en 1976, se inicia un proceso de reformas de mercado que cambió totalmente las reglas de juego imperantes en el sistema económico. Como bien explica Juan Carlos de Pablo, durante Mao el primer melón producido era para el agricultor y los demás para el Estado, y después se invierte la ecuación: el primer melón sería para el Estado y los demás para aquél, dando un salto enorme en la productividad. Y sobre las extrañas comparaciones entre China y la Argentina, De Pablo advierte:
Pensar que China es competitiva porque tiene su moneda subvaluada, y que por consiguiente si la revalúa se terminará la expansión china, es no pensar. El de China es un fenómeno real, no un fenómeno cambiario. Derivado del hecho de que la destreza y la laboriosidad chinas, en un mundo crecientemente globalizado, llega a todo el mundo bajo la forma de productos industriales.
Entonces, los países que progresan, ¿son los que cierran exportaciones, que imponen aranceles excesivos a la importación, impuestos confiscatorios, devaluaciones y el control estatal directo de las actividades económicas? El progreso de China tuvo más que ver con la transición a la economía de mercado que con lo que todavía subsiste de planificación estatal, elementos que le permiten al kirchnerista promedio defender el estatismo en lugar de proponer reformas de mercado como las que han funcionado en ese país. No casualmente el autor del primer artículo se olvida del pequeño estado de Hong Kong, una de las economías más libres del mundo y también, una de las más ricas.

La poca comprensión -deliberada, muchas veces- de lo que ocurre con las economías exitosas tiene más que ver con intentos de algunos miembros de la clase política de llevar el agua para su molino presentando una visión ampliamente distorsionada de lo que hace una superpotencia mundial, y haciéndole creer a su electorado que vamos por el camino correcto. Esfuerzo inútil, viendo que se trata de un electorado al que le importa poco si nos parecemos a China, a Surinam o a Lesotho.

martes, 13 de julio de 2010

Contra el pueblo

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En los pasillos de mi universidad se puede ver este absurdo cartel de la agrupación de ultraizquierda MILES, con una extraña defensa de la ley de medios. Aparentemente ya no se apela a la desmonopolización, a las ''otras voces'' o alguna otra utopía inventada, sino a la idea de que la nueva ley es una ''conquista del pueblo''

Si tomáramos esa afirmación literalmente, es muy fácil ver su falsedad. El rol de los medios de comunicación no aparece ni al final en los rankings de preocupaciones de la gente en las encuestas, ni siquiera para ese 30% que todavía apoya al kirchnerismo. Se trata de la mayor preocupación de la clase dirigente y de la patética elite intelectual autoritaria de Carta Abierta, pero el argentino medio posiblemente no tenga idea de qué es la ley de medios, ni le interese saberlo. Erróneamente, a mi criterio, porque sin instituciones no hay desarrollo posible, y esta ley es el mayor atropello institucional visto en décadas.

Pero supongamos por un momento que la ley tuviera amplios niveles de conocimiento en los sondeos y un 70% de aprobación de la sociedad. Imaginemos que se hacen grandes manifestaciones -sin aparatos políticos- a favor de la misma, con una concurrencia mayor a la de los actos de Alfonsín en 1983. ¿Eso la hace correcta? Y lo que es más importante, ¿eso hace que la ley sea coherente con la libertad de expresión garantizada en la Constitución Nacional?

Para nada. Y esto es así porque la libertad de expresión no es una conquista del pueblo ni un derecho colectivo: es, como dice José Benegas, una conquista contra el pueblo. Los derechos individuales son derechos negativos: es decir, pertenecen a la clase de derechos que restringen la acción del Estado sobre la esfera del individuo. De ninguna manera incluye garantías que le permitan a ONGs o gobiernos locales, provinciales o nacionales ser propietarios de medios, sino todo lo contrario. Los pensadores ilustrados idearon este derecho como una forma de proteger a los ciudadanos de la arbitrariedad de los gobiernos, expresando sus opiniones con independencia de la voluntad de sus representantes electos.

La libertad de expresión está pensada precisamente para aquellos casos en los que gobiernos apoyados por eventuales mayorías toman decisiones equivocadas, y las opiniones disidentes, las minorías, aún así no se ven inhabilitadas para expresar su oposición. Repito: la libertad de expresión NO está diseñada para proteger a los gobiernos (sean nacionales y populares u oligárquicos y malvados) del discurso de algunos medios, sino más bien al revés.

Un derecho individual no tiene que ver con posibilitar el acceso a los medios a algunas organizaciones afines a cierto sector político, sino con que no exista ninguna restricción a aquellos individuos particulares que publiquen sus ideas en la prensa escrita, radial o televisiva. Al otorgarle al Estado el poder de la adjudicación de licencias y creando un sistema insostenible de medios públicos, basándose en una entelequia llamada ''derecho a la comunicación'' (¿de quiénes?) es claro que esto no tiene nada que ver con la libertad de expresión.

Incluso en aquellas socialdemocracias europeas que incluyeron muchos de los llamados 'derechos sociales' en sus constituciones, de ninguna manera creyeron necesario cambiar el significado de la libertad de expresión de una manera tan fundamental como lo hace esta ley.

Propongo que antes de pretender encabezar una supuesta batalla por la libertad de expresión en nombre del pueblo, los defensores de la estatización de los medios sinceren sus verdaderos objetivos y no utilicen argumentos de un mercado al que detestan, como la defensa de la competencia. En todo caso, pelean por mayores regulaciones y uniformidad en el discurso, pero al igual que cuando esas medidas se aplican en el ámbito económico, lo primero que perderemos será nuestra libertad.

Lo de encontrarle algún sentido lógico al resto del cartel, como la parte de ''partido monárquico mediático financiero'' se lo dejo a ustedes, aunque mi teoría es que la producción de opio está pasando por una de sus peores cosechas.

martes, 29 de junio de 2010

La filosofía maradoniana: una generación que "la tiene adentro".

Compartir Encuentro cercano del último tipo es la experiencia religiosa que muchos jóvenes (y no tan jóvenes) están empezando a vivir, desde que el patético personaje burlón e intolerante volvió a asomar la cabeza en los últimos tiempos.
Este mundial no hará más (en caso que Argentina llegue hasta la final) que incrementar este grado de retroceso mental al que se autosometen los fanáticos de la desfachatez y la mala educación de un semi adulto interesado en captar la atención de un público que observa expectante, la nueva estupidez con la que los deleitará. Considero que Diego Maradona ha sido un ícono del deporte argentino, de hecho lo creo uno de los más grandiosos futbolistas de todas las épocas; pero en el camino hacia la beatificación creo que me perdí de algo. Maradona no es ejemplo de vida, ni siquiera en su extraordinaria carrera supo hacer pie para proyectar ese futuro maravilloso que le auguraban.

Pero claro, en Argentina nos caracterizamos por hacer “queribles”, a personas cuyo mérito es haberse cargado en sus espaldas el mote de “pueblo”, y es justamente esta cuestión la más triste de todas: la egolatría confundida con “la única e irrefrenable voz del pueblo”. Este antipático producto del talento, la fama y los excesos, se calzó la bandera del populismo desde esa inmunidad que le otorgaron sus mismos fanáticos, y hoy sus palabras son un mandato divino. Como buen populista, supo desarrollar más de una maña, al estilo y a la altura de cualquiera de nuestros amigos progres, ya muy reconocidos en el ambiente:

-Tiene una gran capacidad para crear enemigos externos (Brasil con sus declaraciones contra Pelé o Inglaterra), y no conforme con eso, tuvo la capacidad de fortalecer el monstruoso código populista interno conocido: los medios de comunicación. Estamos a 28 de junio, y el tema de conversación no es la alegría por el éxito de la Selección, sino, cuán adentro la tienen, esos periodistas que injustamente lo criticaron. Sus conferencias rebalsan de chistes festejados por un manojo de obsecuentes que en lugar de marcar un límite de cordura en las diferentes situaciones, se ríen y aplauden ante la primer ocurrencia carente de todo respeto, que como si fuera poco, es reproducida por veinte canales de televisión bajo el título: “El rebelde de siempre”, con esa insólita esperanza de que aparezcan nuevas frases igual o más humillantes.

-Por otro lado, sabe delimitar su campo de juego enarbolando la ideología socialista, como si fuera el único pasaporte hacia el reconocimiento y la admiración; necesita mostrarse como un rebelde guevarista, aún a los 50 años y con decenas de millones de dólares en su haber. Un fenómeno muy repetido.

-Tuvo un origen humilde y sufrido, que usa de bandera para justificar sus reacciones del presente. Eso que llaman “La filosofía de la calle y el potrero” que pareciera exonerarlo. Pero el Diego Maradona de hoy, es un tipo multimillonario, y no vive como aquél “pibe de clase baja de Villa Fiorito”; hace más de treinta años que dejó la pobreza, para disfrutar de los lujos que ganó con talento y esfuerzo, muy bien merecido.

Es importante hacer un paréntesis para reflexionar unos pocos segundos, y mirar con más agudeza a este personaje que hoy tiende irreversiblemente hacia la mediocridad (y hablo de él como persona) para declinar en la insistencia de divinizar cada uno de sus pasos, tacleados por trilladas aspiraciones idealistas y revolucionarias.

sábado, 19 de junio de 2010

Populismo en Hat-Trick

Compartir Aprovechando la actitud light que traigo puesta desde que amanecí, quiero hacer un post de Varieté considerando que es necesario postear “un algo” que reavive la discusión de éste, el país virtual que nos ha tocado en suerte.
En este país, (que de extraordinario sólo le queda el estado de asombro permanente) es complejo no caer en lo predecible de una situación que se empeña en condenarnos. Ojalá sólo fuera culpa de una “situación” y no de la perversión individual, quiero decir, de una persona perversa. En un primer momento usé la palabra perversión como sinónimo de demoníaco, maléfico; un poco más allá me pareció que su verdadero significado no iba mal con lo que quería decir y me animé a jugar con estos sentidos mientras trato de hilar una frase más o menos coherente. Perversión es encontrar placer en un comportamiento sexual atípico. Voy a unir esto a la política (actividad humana dirigida al beneficio de la sociedad) y sumarle incluso, nuestra coyuntura fiel al ultimundismo. Me atrevo a hacer una sinopsis que quedaría de la siguiente manera: “Justicia social es que todos tengamos acceso a un pomo de vaselina” para que nos empomen con métodos confiables...


Abuelas: El NOBEL de la vergüenza.

Tuve el desagrado de ver a Estela de Carlotto en la Tv que hoy es propiedad exclusiva del país real, haciendo lobby por Sudáfrica, especulando con las nuevas posibilidades que tiene la Organización creada en 1977, de ser la nueva y flamante aspirante al Premio Nobel de la Paz. Según palabras de Alfred Nobel, este premio se otorga a "a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz"; la Organización Abuelas de Plaza de Mayo, no sólo niega rotundamente la falta de paz al interior de las fronteras de nuestro país, sino que promueve la intervención de las agrupaciones de izquierda que han sostenido bochornosamente la lucha armada de sus miembros, como instrumento de acción permanente, sosteniendo y justificando la pasada actuación de estos personajes en el contexto de la última dictadura militar. En materia de actualidad, su apoyo a lo que se ha dado en llamar Socialismo del siglo XXI, no es más que una cooperación lisa, llana y descarada con la abolición gradual de los derechos individuales fundamentales en toda latinoamérica. Su apoyo explícito a países de muy dudoso compromiso con tales derechos, como Cuba y Venezuela, no es otra cosa que la falta de sinceridad moral de estas mujeres. No es paz lo que siembra este tipo de organizaciones, sino que al contrario, brindan el instrumento pertinente para fomentar la violencia y quebrantar el orden constitucional, clasificando moralmente a quien merece y quien no, ser tratado como ser humano. Desde acá expreso mi repudio a esta candidatura.

Próximo destino: Caracas. (Metrogas: La nueva Aerolíneas)

“Edesur, Edenor, YPF y Metrogas deberían ser estatales”. Los deseos del ganador en las últimas elecciones legislativas Francisco De Narvaez, se están haciendo realidad. Junto a la empresa de transporte aéreo, y los fondos privados de las AFJP, se suma ahora Metrogas. La empresa llamó a “concurso preventivo de acreedores” e inmediatamente el monstruo se les vino al humo. La excusa es la de siempre: asegurar y garantizar los servicios al pueblo argentino. "Consideramos que si la situación financiera de la empresa está en riesgo, no se garantiza que se puedan mantener la calidad y la prestación del servicio" afirmaron desde el ministerio de De Vido. Lo cierto es que desde el año pasado, empresarios como Sebastian Eskenazi (Accionista YPF) dieron a conocer su interés por incursionar en la empresa como socios privados; se rechazó la intención y las explicaciones están a la vista: el default solamente puede ser contrarrestado a través de las manos de papá estado. La estatización es el único fin que persiguen este tipo elucubraciones que chorrean demagogia. Si lo que querían era asegurar la prestación del servicio, vemos claramente que existían otras maneras. La nueva intervención de Metrogas hace un claro uso y abuso de la autoridad estatal y se burla por enésima vez del carácter privado de la empresa. Hay que echar mano a lo que se pueda con tal de que el gobierno populista, siga transitando ese rumbo sin desviaciones hasta el socialismo pleno al que aspiran. Veamos cuáles son los pronósticos de la Aschira Kirchnerista para Metrogas; en el caso de Aerolíneas, nos promete que para el 2012 dejará de dar perdidas. Esperando nueva desinformación.

Papeleras: La ley es la ley, pero...

Asistimos a un proceso histórico que era predecible, aunque de resolución algo tardía. Se levanto el corte de Gualeguaychú, después de algunos años de la religiosa vigilia de “vecinos justicieros” (devenidos en grandes científicos en algunos pocos meses) que mantenían cerrado el paso de la ruta 136 que comunica la ciudad de Fray Bentos con Gualeguaychú. La consigna “No a las papeleras” fue sostenida a pesar de decenas de estudios de Impacto Ambiental llevados a cabo por más de una Institución Científica, y acompañada por las declaraciones del Gobernador entrerriano Sergio Urribarri, quien oficialmente aseguraba que no existían pruebas de que las papeleras contaminaran. Se dieron el lujo de tachar las resoluciones del Tribunal Internacional como “inconsistentes”; ya sabemos a propósito de esto, que más de un argentino está acostumbrado a que su palabra sea la ley, y aún les cuesta dejar su orgullo combativo a un lado para sujetarse a determinaciones de la jerarquía de la Haya. Finalmente las acciones fueron las esperadas, tanto por parte del gobierno que casi cuatro años después advierte el inicio de acciones contra estos asambleístas, que derrotados por la legalidad deciden dar un paso al costado durante 60 días; claro está, que no es un paso al costado gratuito, las condiciones que impusieron los asambleístas es el “monitoreo de Botnia desde adentro”. Pero para que no cunda el pánico, los problemas no se solucionaron: ahora el conflicto se deriva de quien será el encargado de llevar a cabo el monitoreo. Esperamos una solución definitiva a este conflicto, sin condicionamientos y con el acatamiento que una disposición de esa envergadura merece.

lunes, 24 de mayo de 2010

Kirchnerismo mágico, otro género literario

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Ayer tuve el desagrado de ver una entrevista a Federico Luppi hecha por el canal Cristina5Néstor, donde el actor destacaba como un hecho extraordinario del gobierno de Kirchner la acción de descolgar el cuadro de Videla en la Escuela de Mecánica de la Armada. Profundizando, el actor dijo que haciendo esto, Kirchner fue el
primer presidente que asumió el rol de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

No importa que otros dos presidentes desde 1983 a la fecha hayan sofocado tres intentos de golpe de Estado, realizado un juicio a las Juntas, enviado tropas al Golfo Pérsico y a Kosovo, terminado con el servicio militar obligatorio y con el rol preponderante del ejército en la política argentina. Esos fueron verdaderos hechos, acciones importantes que tuvieron consecuencias para la historia posterior. Pero nada de eso importa. Aparentemente lo único importante son los actos simbólicos, que tienen que ver más con lo imaginario que con la realidad, con la creencia de que fabricar o eliminar una imagen tiene algún efecto sensible en el mundo real, más allá de ofender a algunos y movilizar emocionalmente a otros.

En la misma entrevista el actor dijo que valoraba las cualidades de Cristina Kirchner como oradora, explicando que estas serían vitales para que la presidente pueda convencer con discursos a los inversores para venir al país. De nuevo nos encontramos con la misma lógica (si es que se la puede llamar así), la riqueza y el capital vendrán a la Argentina, según Luppi, si una jefe de Estado le ofrece a potenciales inversores un seminario de sus charlatanerías seudointelectuales. Olvídese de la seguridad jurídica, de la independencia del Poder Judicial, de las reglas de juego claras, de los impuestos bajos y de la facilidad para iniciar emprendimientos. Nada de eso. La capacidad retórica de Cristina Kirchner hará aparecer por arte de magia las inversiones necesarias con el solo acto de enunciar amablemente a los inversores una realidad que existe sólo en su propia mente.

El problema de un pensamiento como este es que no lo tiene solamente Federico Luppi. Es parte de una amplia tradición populista y autoritaria, que busca cubrir los rotundos fracasos con gestos simbólicos que apelan a los sentimientos de algunos sectores. Durante el nazismo y en los regímenes comunistas de Europa Oriental, era común que las grandes manifestaciones y el cine de propaganda fueran utilizados por los gobiernos para mejorar su propia imagen.

Visto todo esto, no es difícil entender la necesidad del gobierno por imponerse en materia comunicacional. Una vez que se enfrentan con un dato negativo de la realidad, la solución no se encuentra en mejorar ese indicador, sino en producir un relato que ignore por completo a ese elemento. Si la realidad se materializa con sólo ser enunciada, puedo creer que mi gobierno es el mejor de la historia si me encargo de que ese mensaje se repita continuamente por cadena nacional, y si logro tapar otros mensajes que digan lo contrario.

viernes, 14 de mayo de 2010

Paradojas del pensamiento crítico

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Se conoce como pensamiento crítico a una operación intelectual que consiste simplemente en criticar a determinado producto cultural no por su contenido explícito, sino por la intencionalidad político-ideológica de su autor y su contexto de producción.

Hoy en día, estamos saturados de espacios de este llamado pensamiento crítico. La crítica al rol de los medios se encuentra en todos lados, y hoy en día se les asigna la culpa de todos los males de la humanidad, desde la fiebre tifoidea hasta la violencia familiar. Tal mecanismo puede verse no sólo en espacios tan notorios como 678 o ciertos programas del canal Encuentro, sino también en los ámbitos académicos, donde se ha convertido en una cuestión de moda el asignarle a los medios un rol decisivo en la trama política del país, que en la realidad nunca tuvieron.

La gran contradicción del pensamiento crítico de hoy es que pretende ser una cruzada por el pensamiento independiente, mientras se alimenta exclusivamente de proclamas y consignas creadas por la mesa chica de la quinta de Olivos. Todo esto no surge por generación espontánea, ni es una tendencia abierta por iniciativa de intelectuales de las Ciencias Sociales, sino por dos personas con objetivos políticos muy concretos: Néstor y Cristina Kirchner.

Hasta hace muy poco -y esto sólo cambió cuando Kirchner instaló su guerra contra los medios críticos-, la palabra ''monopolio'' sólo se refería a Microsoft, y el termino ''mediáticos'' sólo aparecía en frases relacionadas con Jacobo Winograd y Guido Suller.

La realidad es que ninguno de ellos pensaba que Victor Hugo Morales fuera una luminaria del pensamiento político mientras criticó al gobierno durante 2008. Esto sólo comenzó a decirse cuando desde la usina ideológica del gobierno se reproducían todos los días algún fragmento de sus discursos oficialistas.

Otro ejemplo de esto son los comentaristas virtuales. Alguna frase o consigna sale de la boca de algún ministro, y por arte de magia todos los militantes virtuales repiten esa misma consigna, como si fueran un casette con la cinta enganchada. Ocurrió con el campo, con las AFJP, Aerolíneas, Ley de Medios, y un largo etcétera. Creen que viven en una guerra ideológica que ganarán a partir del cansancio de sus oponentes.

Ahora, la culpa del golpe de 1976 es asignada por esta gente a los medios, especialmente Clarín y Nación. Antes, la dictadura era vista a partir de teorías no menos ridículas, como una imposición del neoliberalismo a nivel continental o algo parecido. No ver en este cambio de guión un móvil político actual sería imposible.

Pero, casualmente, quienes dicen tomarse el trabajo de ser escépticos y analizar críticamente lo que dicen los medios son los primeros en abrazar incondicionalmente el pensamiento de sólo dos personas, la pareja presidencial.

Es sumamente paradójico el hecho de que quienes se autoproclaman como pensadores independientes a partir de este uso excesivo del pensamiento crítico utilicen exclusivamente términos y conceptos digitados desde arriba, cuando la realidad es que hace dos o tres años, cuando la agenda del gobierno era otra, ninguno estaba otorgándole a los medios semejante rol en su análisis.

Curioso país tenemos, donde el supuesto pensamiento crítico es ejercido sólo por los repetidores de consignas creadas por otros, y esos otros tienen un interés muy claro en todos los conflictos actuales. Confundir el consumo de consignas elaboradas por un gobierno con la inteligencia o la intelectualidad es algo peligroso, especialmente cuando ese gobierno busca mantenerse en el poder justamente a partir del control de la comunicación audiovisual.

Quizás el hecho de que este pensamiento crítico se planifique desde las altas esferas del poder sea la prueba más evidente de cuánto han triunfado estos sectores al nivel del discurso.

domingo, 25 de abril de 2010

Ciudadanos de "mierda"

Compartir El argentino promedio tiene esa tendencia a comprar buzones de un tamaño extraordinario, argumentar en favor del chasco, y hasta pareciera que exacerban esas ganas de volver a comprar uno incluso más grande. Entiendo que los iluminados que nos gobiernan, facilitan esta tarea de berretizar la mente, pero ¿en qué momento encontrarán el modo de sortear esa burbuja que los mantiene alineaditos?
Lo que me preocupa es lo que están sintiendo y pensando estos personajes que se autotitulan “la mierda oficialista”. En un principio pensé que aquellos que seguían 6, 7, 8 eran kirchneristas convencidos del modelo, es decir, me causaban cierta gracia porque en general los peronistas me causan mucha gracia, y aunque no dejaba de salir de mi asombro, muy en el fondo podía entender que había una lógica a la que jamás podría unirme. Son cosas que pasan, habrá que dejarlos que se golpeen la cabeza en unos años, cuando los resultados sean desastrosos, decía. No quiero caer en el análisis, prefiero la observación simple y concreta: lamentablemente (o no) la psicología, ni la sociología son mi fuerte.
Siempre digo que para mí ese programita (6, 7, 8) es como Zulma Lobato, (salvando la ingenuidad de esta pobre mediática) soy consciente de que se trata de mamarrachos con suerte de figurar, pero tienen ese “algo” que me lleva a mirarlos. Quizás sea justamente el hecho de que ambos compartan la condición de fenómeno: una cosa extraordinaria, sorprendente.
Bueno, como venía diciendo, todo era “normal” hasta que llegué a la parte en que los mismos televidentes se autodenominaban “la mierda oficialista”, un rótulo que se difundió desde este programa básico. Desde ese momento supe que algo estaba muy, muy mal; no se trataba ya de una lógica opuesta, de un conjunto de ideas que yo creía obsoletas, acá estaba pasando algo grave. La propaganda en general, consiste en lanzar una serie de ideas que busca influir en el sistema de valores de las personas, ahora... ¿Cuán políticamente correcto es que se haga creer a una serie de personas que son una mierda? ¿Cuál es el alcance de estos grupúsculos que están a cargo de difundir un plan de gobierno que supuestamente es serio y comprometido? ¿La ciudadanía que los sigue es mierda? La conclusión no es complicada, la legitimidad de la institución recae en la mismísima mierda, es una lástima, podríamos haber arribado a esa conclusión sin tanta imprudencia. Esos argentinos son consumidos por 4 o 5 periodistas que esconden su óptica detrás de un archivo, y esto es acompañado por una ley que cercena la posibilidad de que este tipo de medios tenga una competencia a la altura de las circunstancias. La televisión en el siglo XXI es el medio masivo por excelencia; es preocupante que esté siendo manipulado de esa manera y con fondos que no le pertenecen. No logro advertir ninguna diferencia entre los dictadores del '76 y su relación con el mundial '78, y el “Fútbol para todos”. Es la misma manipulación impune disfrazada de democracia (en decadencia). Estas “mierdas” de personas sufren de tal manera la democracia, que llego a pensar que prefieren otro sistema de gobierno, en donde se valgan de victimarios para sostenerse y legitimarse, no muy diferente a los sistemas totalitarios más conocidos y que supuestamente repudian. No necesitamos ciudadanos de mierda, necesitamos personas que ejerzan su ciudadanía con responsabilidad, y sobre todo con compromiso. La democracia no necesita de programas que inculquen en los televidentes la idea de ser mierda por ser diferentes, de hecho esa es su virtud más importante. Argentina necesita vivir en democracia y este tipo de adjetivaciones no hacen más que torcer ese camino tan necesario y sin duda el más apropiado. La guerrilla comunicacional no puede ser el único camino, sencillamente porque es el peor de los caminos de mierda.

lunes, 19 de abril de 2010

Kirchner y la clase media progre, amigos 80%

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Se le atribuye a Ronald Reagan la siguiente frase: Aquel que está de acuerdo con vos un 80 por ciento es un amigo y un aliado - no un traidor 20 por ciento.

Por más que el estilo verticalista y autoritario de los Kirchner necesite aliados 100% y no pueda tolerar siquiera a traidores 5%, la realidad es que las políticas de los Kirchner tienen muchos más amigos de lo que ellos ven.

Basta examinar el artículo de Esteban Peicovich en Perfil de este domingo. Peicovich trata de responderle, de manera poco efectiva, a Guillermo Martínez, el escritor que hace unos días dijo que la oposición a los Kirchner tiene mucho de odio irracional. Sin embargo, parece que aceptara la acusación como válida y se defiende, más bien, mostrando que está bastante cerca de ser kirchnerista:

Soy de clase media pero no odio. Apruebo y discrepo. Y per il dubbio, van detalles. Estoy a favor (con matices) con lo actuado en política antigenocida, Corte Suprema, PAMI, Ley de Medios, AFJP, Conicet, Ingreso ciudadano (que no universal) a la niñez. Pero no me banco el ninguneo a la exclusión, el patoterismo oficial, la corrupción, el Indec, el clientelismo, el Consejo de la Magistratura, la falta de reforma tributaria para que paguen más los que más tienen y ganan, la no eliminación del IVA a lo básico de una canasta humilde. Lo cual, mi temerario Martinez, ni es irracional ni gorila. Es el camino del medio. Ese que hasta Perón respetaba.

Entonces, ¿contra qué está Peicovich? Los temas que desaprueba del kirchnerismo son cuestiones de forma, que ocurrirían en cualquier gobierno peronista o de otro signo político. Y aparentemente, es incapaz de establecer relaciones entre las medidas que le gustan con aquellas que no le gustan:

-La corrupción ha ido en aumento gracias a la discrecionalidad otorgada al gobierno por las leyes que Peicovich apoya.

-El clientelismo es una consecuencia natural de los planes asistencialistas, que el autor defiende.

-El tema del Consejo de la Magistratura es sólo un eslabón más en la persecución del kirchnerismo hacia instituciones independientes, tal como la Ley de Medios que Peicovich defiende.

Un intento claro de estatizar los medios de comunicación no puede ser logrado sin violencia y patoterismo. La violencia kirchnerista que bordea el fascismo es inseparable de su proyecto de avance del Estado sobre la sociedad.

¿No se da cuenta Peicovich, que lo que el llama "patoterismo oficial", tiene una notable impronta sobre las leyes más importantes que el kirchnerismo ha promulgado?

Parece que Esteban Peicovich usa esta columna de Perfil para justificar su pertenencia a una "clase media progre", esa que criticaba a Menem sólo por lo que hacía bien y se horrorizaba por la deshonestidad del riojano, para luego hacer la vista gorda ante los escándalos de corrupción K entre 2003 y 2007, otorgando a Cristina Kirchner el 46% de los votos.

Son la clase de gente a la que 6-7-8 busca llegar, no contentos con los rebaños que acarrean hacia los actos oficiales entre Hugo Moyano y la dueña de un estado paralelo en Jujuy. Quieren distinguirla de lo que ellos llamarían clase media fascista, aquella que está en contra del kirchnerismo por una genuina oposición a sus políticas de estado. Esa clase media a la que Martínez atribuye un supuesto odio irracional, y de la cual Peicovich intenta despegarse de manera desesperada.

viernes, 16 de abril de 2010

Voodoo economics

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A esta altura es claro que al evaluar propuestas económicas, el kirchnerismo no evalúa su validez teórico-práctica o su simple viabilidad, sino la efectividad de las chicanas que van a repetir en los medios de comunicación.

Durante varios días, la palabra más repetida con la intención de ensuciar a la oposición ha sido una sola, el ajuste. El ajuste es el gran fantasma para el populismo latinoamericano de hoy, un equivalente de lo que hubiera significado para un político de otras épocas ser acusado de comunista.

Si la política argentina abandonara la repetición irreflexiva de consignas y se hiciera algún lugar para la discusión honesta sobre las políticas de Estado, se podría echar algo de claridad sobre estos asuntos.

Todos podríamos acordar que la inflación es el peor ajuste que existe, porque afecta directamente al precio de los alimentos, principal consumo de los sectores socioeconómicos más pobres.

Según el grupo de trabajo de la ex-directora del INDEC, Graciela Bevacqua, la inflación de estos meses de 2010, anualizada, se encuentra alrededor del 40%. El ajuste del que tanto habla el gobierno rememorando la experiencia de De la Rúa, fue del 13% y se trató de un último recurso para combatir un déficit agobiante, mantener la convertibilidad y no declarar el default. El ajuste propuesto por López Murphy unos meses después, para los presupuestos educativos, fue del 5%.

A partir de estos números, es muy fácil darse cuenta cuál es la facción política que aplica el ajuste, o en todo caso, cuál es la que aplica el ajuste más dañino para la población.

Sin embargo, no faltó quien, después del intercambio de palabras entre Amado Boudou y Gerardo Morales, creyó que el primero tenía un argumento válido cuando dijo que
"Todos nos hicimos cargo de las malas decisiones (...) cuando a usted le tocó gestionar le bajó el 13% a los docentes (...) fue su gobierno el que quiso quitarle del presupuesto a las universidades"

La cuestión es, por qué dejamos que los que han destruido al país con sus políticas empobrecedoras de alta inflación sigan manejando el debate politico. Y, parafraseando a Ann Coulter, se me ocurrió que:

Los populistas son lo que ellos acusan a los liberales de ser: un grupo de millonarios elitistas con muchas pretensiones de dirigir las vidas de los demás, que se hicieron ricos gracias al poder estatal y se encargan de que su festín de gasto público sea pagado por los más pobres.

Los liberales somos lo que ellos proclaman ser y nunca fueron: personas interesadas en que los trabajadores puedan adquirir la mayor cantidad de bienes y servicios, a partir de una moneda fuerte. Que se genere la mayor cantidad de empleo genuino posible, a partir de los estímulos a la inversión privada.

Sin embargo, la imagen un gobierno que defiende causas populares todavía suena verosímil a los oídos de ciertos sectores afines a estas políticas. Habría que preguntarles cómo pueden hallar un
“modelo de la producción y el trabajo” donde sólo existen los planes asistenciales que se agotarán cuando se acabe el dinero de los jubilados, o el dinero de la próxima expropiación del gobierno.

Pero claro, como casi siempre vale más el videograph de 678 que la realidad, los políticos se dedican a no ser alcanzados por el temible cuco del ajuste, el cuál tendrán que hacer inevitablemente si aspiran a gobernar después de la gran fiesta populista, mejor conocida como kirchnerismo.

domingo, 11 de abril de 2010

Mensajes cuasimafiosos

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En la marcha sobre Roma del Viernes pasado, los manifestantes sostenían carteles que decían "María Laura Santillan amordazada... y no por una ley" con un dólar tapándole la boca, y el mismo mensaje para Nelson Castro y Ernesto Tenembaum.

Ahora, me pregunto, ¿Qué es lo que quieren decir? ¿Qué es lo que ellos no pueden hablar? ¿Qué es lo que estos periodistas no pueden contarle al pueblo argentino?

Imagino que si alguien hiciera un cartel similar con la figura de Orlando Barone o Florencia Peña, ¿los "autoconvocados" de 6-7-8 lo tomarían como juego limpio, no?

(Fotografía del portal Perfil.com)

jueves, 8 de abril de 2010

Chiste del milenio

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"Seis, Siete, 8:00" está nominado en los Martín Fierro como Mejor Programa Periodístico.
No, no es una joda para Tinelli, no pregunten dónde está la cámara escondida.

Ahora entiendo por qué APTRA se ha convertido en una institución de tan poco prestigio. Quizás para darle una mayor distinción al ciclo, durante la entrega de premios podrían pasar un fragmento de la despreciable cámara oculta contra un verdadero periodista, Carlos Pagni, una coproducción de la SIDE y Diego Gvirtz.

Y en otras noticias, el premio "Cazador de Brujas del Año" lo obtendrá Victor Hugo Morales, que compite por el mismo sin oposición.

Tristemente, el locutor deportivo se introduce cada vez más en una encendida defensa no sólo de los Kirchner, sino de los seudoperiodistas que trabajan para defenderlos.

Aparentemente, el relator considera un verdadero crimen contra la patria que un medio privado tenga una línea editorial, pero defiende contra viento y marea que el dinero público se utilice para denostar opositores al gobierno.

Es una extraña actitud de parte de alguien que trabajó la mayor parte de su vida para medios privados, y que terminó abruptamente su relación laboral con Canal 7 cuando el gobierno de Kirchner decidió terminar su contrato. Su odio por Clarín parece tener más fuerza en todo esto que su propio curriculum.

Lo que todavía no puedo comprender es cómo alguien que fue echado del canal oficial en 2006 por problemas sobre la línea editorial del programa puede decir hoy, con la cara seria, que trabajar como defensor pago del gobierno en el canal estatal es una actividad honorable, mientras que ser un periodista que sigue la línea editorial de un medio privado es vergonzoso.

¿Quién lo autoriza para juzgar a sus colegas de esa manera? ¿Quién lo puso en esa posición de encargado de perseguir y condenar a periodistas sólo porque trabajan para empresas que no le caen bien?

Esta debe ser la primera vez en la historia argentina en la que un gobierno controla tanto poder comunicacional, con una jefa de Estado -o como quieran llamarla- que habla casi todos los días por cadena nacional y bombardea a los medios con pautas oficiales sobre como la asignación por hijo es lo que querrían Belgrano, Moreno y Saavedra. Y sin embargo, les encanta presentarse como las víctimas, como si fueran un minúsculo partido de oposición que tiene prohibida la entrada a los medios.

viernes, 2 de abril de 2010

Alfonsín y la imagen de los políticos

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En su blog de Perfil, Omar Bello da en la tecla nuevamente con su análisis del tardío homenaje que la sociedad le rinde a Raúl Alfonsín, más por desprecio a la clase política actual que por una valoración de la anterior.

Alfonsín fue un hombre entrañable con una capacidad de gobierno muy limitada. Dejando de lado los primeros meses de su mandato (mucha de la ilusión que se vivía tenía que ver con el regreso de la democracia), su presidencia fue un calvario que sufrimos todos.
Dado que todavía nos movemos con la lógica de las monarquías (o de las dictaduras) las personas son evaluadas por su forma de ser y no por su capacidad. Parecería que lo que Argentina necesita son más seres humanos como Alfonsín.

El segundo párrafo citado es especialmente valioso, porque describe un fenómeno que no terminó con el propio Alfonsín, sino que se extiende a otros personajes como su propio hijo, que una encuesta reciente reveló como uno de los políticos de mejor imagen. Lo poco que se conoce sobre este último es su personalidad de buen tipo y su nostalgia ante el recuerdo de los servicios públicos en manos estatales.

Una recepción muy parecida recibe en la sociedad Pino Solanas, quien también proyecta esa imagen de abuelo entrañable, mientras nadie presta atención a su ideario chavista y su asociaciones con Venezuela e Irán. Me da la sensación de que la gente observó sus alternativas para votar simplemente en esa figura de un septuagenario simpático, sin tener la más mínima idea de sus propuestas. Si lo hubieran hecho, se darían cuenta de que ante un eventual gobierno de semejante extremista, muchos terminaríamos pidiéndole perdón a Kirchner.

Otra cuestión sobre el homenaje, esta vez en relación con la honestidad de la clase política:

Ahora bien, ¿qué significa esto? En nuestros delirios: necesitamos más gente honesta. En la práctica: gente honesta de relativa capacidad que sea dominada por un batallón de corruptos. ¿Se entiende? Porque Alfonsín fue lo segundo, no lo primero. Don Raúl es un héroe chiquitito; personalidad adorable pero de ninguna manera necesaria.

Parece que Bello subrayara la extraña relación que la sociedad mantiene con los políticos en términos de su honestidad, donde ésta se transforma casi siempre en un activo más valioso que la capacidad de gobierno. Parece que las intenciones, la ideología, e incluso los fines de dichos políticos importan poco, si tiene la imagen de un hombre honesto, todo vale. Por algo en ciertos ámbitos se tiene tan alta estima por personajes decadentes como Luis Zamora o Pino Solanas. Y también, por algo Alfonsín es considerado el mejor presidente desde 1983 y Menem ni figura en dichos rankings.

Si algo puede rescatarse como positivo de estos homenajes, es que generalmente se plantea la imagen de Alfonsín en contraste con un estilo constantemente confrontativo de la pareja presidencial, marcando la necesidad de moderar y atemperar el debate político de estos tiempos. Más allá de lo loable de ese objetivo, deberíamos pensar también en cuestiones relacionadas con el contenido de ese debate, y la discusión sobre verdaderos proyectos de país alternativos, algo que la clase política ha venido evadiendo deliberadamente durante años.