domingo, 19 de julio de 2009

Transgresores y complacientes

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El publicista Omar Bello me sorprendió gratamente en la última edición de la Revista Noticias, describiendo de manera brillante algo que pienso desde hace mucho tiempo:
Una de las peores herencias del kirchnerismo es el crecimiento y expansión de esta generación de periodistas “cool” que, de la mano del progresismo político, van por la vida pescando mojarritas que venden a precio de tiburón.

Desde los que visitan las villas asombrándose de los “horrores” que dejó el capitalismo de los noventa (importa poco que estemos en el 2009) hasta aquellos
que recorren las cárceles desde una mirada comprensiva, o los que dicen “última
dictadura” cada cinco minutos tomando un trago en cámara y haciéndose los cancheros.
Siempre me pareció que todos los periodistas que constantemente apelan a una supuesta "transgresión" tienen en común ser mucho más complacientes con el poder que aquellos que no pretenden todo el tiempo ser rebeldes. Después de todo, es una rebeldía barata, diseñada para que cualquier consumidor de la misma pueda sentirse bien, creyendo que encontró la causa de los males del mundo, mientras en el fondo subsisten los mismos problemas y los mismos valores falaces que los sostienen. Porque de eso se tratan estos productos, de que un lector cualquiera pueda sentirse indignado junto con Beatriz Sarlo ante sus quejas por la desaparición de las calesitas o las similitudes entre un shopping de Arizona y otro de Palermo. La conducta posterior que se espera de este público, consecuencia lógica para los autores de estas locuras en general, es que aquél advierta la naturaleza perversa y demoníaca del capitalismo global.

El artículo de Bello señala el caso particular de Caiga Quien Caiga,
programa que durante todos estos años se encargó de denunciar con arrojo y valentía la formación de charcos en las veredas de González Catán mientras sus noteros jugaban a ser Dustin Hoffman en El Graduado cada vez que tenían la oportunidad de estar cerca de Cristina Kirchner. Verdadero periodismo transgresor, seguro.


Lamentablemente la lista no termina ahí. A Bello se le olvida agregar que los programas políticos de la televisión abierta son una especie en extinción -otro efecto del kirchnerismo- y desde entonces, se encargan de cumplir ese rol los llamados "programas de archivo" que, por supuesto, se rigen por la misma línea ideológica de los casos mencionados. El ejemplo más obsceno de ese populismo adaptado para televisión es TVR, el programa de Diego Gvirtz. El programa debe tener el récord de haber mostrado todos los lugares comunes del progresismo en una forma accesible para el público medio. Desde reproducir de manera fiel todas las mentiras de Olivos durante el conflicto con el campo, acusando a productores agropecuarios de golpistas y nazis, hasta convertir a Castro y Chávez en los salvadores del futuro de latinoamérica, Gvirtz nunca pierde el momento para bajar línea política en un programa que había comenzado como
humorístico, y que quizás continúa siéndolo, aunque de otra manera. El tipo quizás se imaginaba a si mismo como el Michael Moore argentino, y continúa haciendo el ridículo semana tras semana. Básicamente, el programa es una adaptación de Página/12 para televisión. (Y uno a veces se pregunta si los comentarios de los conductores no estan guionados por José Pablo Feinmann)

Ser un "transgresor" para esta clase de periodistas, es estar en contra de un supuesto "establishment" u orden establecido que les resulta cada vez más dificil encontrar en la realidad, sobre todo porque los equivalentes de ellos en el terreno político han acaparado todos los espacios de poder y, por pura casualidad, han aplicado justamente las ideas que ellos tienen. Son tan incoherentes como Edgardo Depetri diciendo que Macri es el candidato del poder.

Y mientras el juego de la rebeldía barata continúe expresando su valor en altos ratings, seguirá pasando el tiempo hasta que tengamos un periodismo que deje de ser complaciente con ideologías fracasadas y pateando caídos, y se anime a cuestionar a los poderosos cuando éstos tengan la suma del poder público. Si lo hacen cuando termina el cíclo, ¿de qué sirvió?

sábado, 11 de julio de 2009

¿Dónde estaba la OEA antes del Golpe en Honduras?

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El 28 de junio por la madrugada fue sorprendido por las fuerzas militares el presidente de Honduras Manuel Zelaya, simultáneamente las jóvenes democracias latinoamericanas involucionaban siglos; como un revival, el desfile de militares se convirtió en una de las peores imágenes de los últimos tiempos. Desde una posición decididamente contraria a aquella que defiende las tiranías ejercidas por varios líderes centro y sudamericanos, resulta al menos complicado analizar el conflicto sin tener en cuenta algunos de los peligrosos factores que incidieron en éste desenlace golpista. Es preciso aclarar y declarar el repudio a estos mecanismos además de ilegales, nefastos de acceso al poder, pero también es preciso aclarar y declarar el repudio a las maniobras y manipulaciones que el presidente electo comandaba, atentando de modo gravísimo contra la vida democrática del país.
Cuando el Secretario General Insulza llamó a una reunión de los representantes de la Organización de los Estados Americanos el 30 de junio, el primer interrogante que surge es justamente el relacionado con esta cuestión: ¿dónde estaba la OEA antes del Golpe en Honduras? Las organizaciones que levantan las banderas en defensa de la democracia y los derechos humanos no estaban presentes en el debate acerca de una eventual reforma constitucional anterior al 28 de junio; tampoco intervino algún organismo cuando se planteó ese deseo presente actualmente en todo líder latinoamericano, que autodeclarado nacional y populista pretende transformar una república en una democracia a medias y plebiscitaria, y que en países como Venezuela ha virado hace tiempo ya, hacia un modelo pleno de dictadura reafirmada por el plebiscito o Argentina, que ha sabido ganarse un lugar a través de esos espacios en blanco que deja la ley, con una sucesión conyugal en el poder. Aquí se plantea una problemática clara, por un lado, una necesidad metafísica que impulsa a los líderes socialistas a hacerse en el poder cueste lo que cueste, cuáles profetas que llegaron a América Latina para guiar hacia la tierra prometida; por otro lado y contribuyendo a que estas situaciones se propaguen, sectores radicalizados que motivados y nostálgicos por el fracaso casi generalizado de las luchas setentistas y en contrapartida, el triunfo de la dictadura, ahora diarquía absoluta de los Castro, bregan por el rompimiento de las cadenas que un “imperio” supo solidificar. Lo cierto es que por estos días bien pueden sentirse airosos, ya que el aislamiento no logró desestabilizarlos, puesto que hoy Cuba, cuna americana del Socialismo y de la buena vida, goza de una enseñanza opuesta de raíz a un aparato ideológico del estado, y cuenta con centros de salud y parámetros de calidad de vida que arrojan los datos más envidiados en todo el mundo. ¿Quién podría discutir esta situación?, no lo sé, pero bien sé quiénes podrían reverenciarla: Rafael Correa (Ecuador); Hugo Chávez (Venezuela); Cristina Fernández y Néstor Kirchner (Argentina); Evo Morales (Bolivia); Daniel Ortega (Nicaragua). Es evidente que gran parte de América Latina está sujeta a los designios de estos personajes que niegan sus realidades para situarse más allá del bien y del mal. Lo único esperable es que quién deba intervenir diplomáticamente lo haga a tiempo, pues no es agradable legitimar todas las acciones de un Jefe de Estado que hoy minimiza causas y se alza en el rol de víctima, por el único mérito de haber sido a lo Allende, electo democráticamente; la democracia es una forma de vivir y proyectar a futuro, no es aquél medio para lograr ese fin. Luego, la llegada al poder por la vía del sufragio, es la excusa perfecta de todos los defensores a ultranza del socialismo, cuando en realidad, sus esfuerzos denotan una y otra vez un extraordinario interés en su progresiva eliminación.

viernes, 3 de julio de 2009

Resumen post-electoral

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La campaña electoral terminó de la misma manera que el conflicto por la Resolución 125: con un freno a las ambiciones oficialistas y un total autismo del gobierno en las horas posteriores. El gobierno demuestra siempre la incapacidad de reconocer errores en asuntos básicos de su administración: simplemente caen en la absurda conclusión de que "comunican mal" lo que hacen, como si gobernar fuera simplemente realizar propagandas que logren contradecir eficazmente a la cruda realidad que generaron. La sociedad parece haber despertado luego de seis años de avasallamiento de las instituciones. Como mínimo, si el Poder Ejecutivo quería mostrar alguna conducta propia de países civilizados, debería haber felicitado a los ganadores e invitarlos a la Rosada. La estupidez de decir "perdimos en la provincia pero a Macri le fue peor en la Capital" es absolutamente inadmisible viniendo de alguien que no debería situarse en el rol de analista política, siendo que se encuentra ocupando la Presidencia de la Nación. Pero es una conducta recurrente de los Kirchner: la de situarse por fuera de los acontecimientos a la hora de referirse a cualquier tema, como si se fueran ciudadanos de a pie.

En principio, hay que reconocer la extraordinaria campaña de Francisco de Narváez. Comenzó como un empresario desconocido para casi la totalidad de los bonaerenses, y termino ganandole a la figura mas reconocida del PJ, en su distrito más fuerte si dejamos de lado el norte argentino. Logró superar todo tipo de maniobras inescrupulosas del kirchnerismo, desde el adelantamiento de las elecciones hasta una campaña para relacionarlo con el tráfico de efedrina, y utilizó una serie de publicidades muy efectivas para captar el voto de sectores hartos del gobierno. Más alla de no haberlo votado y de que no comparta buena parte de su ideología estatista, su triunfo fue muy meritorio si tenemos en cuenta estas circunstancias.

Lo mas decepcionante y contradictorio fue el ascenso de un personaje retrógrado llamado Pino Solanas, de ideas mas radicalizadas y chavistas que el gobierno, que consiguió el segundo lugar (y cuatro diputados) en la Capital. Digo contradictorio porque se trata -supuestamente- del electorado más hostil al kirchnerismo, y sin embargo logra un segundo lugar alguien aún más a la izquierda de éste. Sus votantes son, como bien los define Macri, "románticos irresponsables" que no pusieron un mínimo reparo ante las arcaicas ideas de este cineasta. El solo hecho de que Cristina Kirchner lo haya llenado de halagos al día siguiente produce serias dudas sobre el futuro del gobierno, ¿buscarán asociarse a Solanas, llevando su gobierno algunos pasos más hacia el chavismo? Sinceramente espero que no.

Los resultados a nivel país parecen indicar un resurgimiento de la UCR, algo impensable hace pocos años. Cosecharon victorias en Mendoza, Entre Ríos, Santa Cruz y Córdoba en su lista de diputados. Habrá que ver como se traduce esto en una acción opositora conjunta en la Cámara de Diputados, donde, por lógica, deberían unirse al bloque del Acuerdo Cívico para lograr una cantidad de legisladores que les permita acceder a la mayor cantidad de comisiones. Sin embargo, los partidos "socialdemócratas" en los últimos años se han caracterizado por fragmentarse en múltiples bloques, convirtiéndose muchas veces en idiotas útiles del gobierno, o a veces en explícitos oficialistas. Está por verse si pueden solidificar su alianza dentro del Congreso, lo cual sería ideal.

Para el peronismo, comienza la etapa conocida como "sacarse de encima al derrotado" tan característica de sus ciclos de gobierno. Para los peronistas historicos, nadie es menos peronista que un peronista que pierde una elección, entonces hay que reemplazarlo por uno "verdadero" o sea, uno que gane elecciones. Es el único comportamiento que conocen en el día posterior a una eleccion nacional. Los anteriores incondicionales se convierten en críticos, porque conocen la dinámica del poder, y se consideran a si mismos como la próxima cara del mismo modelo corporativo. Saben que es muy probable que el próximo presidente salga de sus filas, más teniendo en cuenta la política de hacer internas en elecciones generales que tiene el PJ, entonces aprovechan la oportunidad de ser ellos los forjadores de un "Nuevo Peronismo" que para todos los fines prácticos, será el mismo de siempre.
De repente, nadie más es, fue o ha sido kirchnerista, excepto aquellos que con tan poca visión decidieron atar su suerte a la del ex presidente, como el caso de Daniel Scioli, quien ya ha demostrado que su éxito en la política se basa en un monton de frases cursis robadas al personaje de Peter Sellers en la película "Desde el Jardín" y a no expresar en concreto ninguna preferencia política.

Espero que la oposición pueda llegar a un consenso sobre unos pocos temas clave que permita llevar cierta institucionalidad y reglas de juego claras al gobierno, y no se pierda entre la falta de ideas y el populismo barato demostrado cientos de veces en la campaña electoral, en la cual no hubo ningun candidato que no estuviera a favor de las estatizaciones masivas. Tienen la oportunidad de articular un verdadero republicanismo, no la desperdicien.