No hay forma de conciliación cuando se trata de imponer ideologías y de conformar una resistencia sólida de la otra parte.
El comunismo como paraíso proletario y reparto consensuado de miserias, intenta penetrar como la ideología de los pobres y los conscientes de la realidad mundana. Realidad mundana que la mayoría ignora pero los iluminados analizan.
Universidades, instituciones no educativas, propagandas y oficialismo puro, hacen del marxismo y más precisamente del comunismo esa teoría justa y necesaria, abanderada de la clase obrera, precursora de ese odio injustificado al sistema que les da de comer y al que en la “lucha” diaria contra la opresión, (que mas de un imbécil inculcó) se encargan de defenestrar por ignorancia o complejos ideales totalitarios que van a terminar en la mas cruda censura de pensamiento e hilando mas finamente en el genocidio.
La introducción viene a cuento de una situación más, que debe tolerarse en una institución universitaria pública, que levanta la bandera de la pluralidad, tolerancia, y que trata de fascista a cualquiera que no crea en la maldita lucha de clases difundida con suficiencia.
Materiales y documentos que serían algo así como el dogma y el legado de los verdaderos revolucionarios, que sembraron el caos para construir uno nuevo y que volvió a caer por su propio peso.
Sería un largo debate que nunca terminaría más que en confusión, hablar de la revolución como un medio para llegar al fin comunista…
Un estúpido fanático de la lucha de clases que brega por el no sectarismo y me acusa de actitudes mediocres e intolerancia pero que lee a Mao y a Stalin porque fueron buenos teóricos. Intolerante por que acepto que son asesinos y ninguna teoría por más “dialéctica” que me la presente va a encajar con mis ideales de libertad, quizá no me interesa interpretar la mente de genocidas, quizá crea que nada útil pueden mostrarme que la misma puesta en práctica no me lo haya demostrado.
¿Qué autoridad moral tiene alguien para acusarme de mediocre leyendo teorías de asesinos de esa talla? La hipocresía de los movimientos y frentes de izquierda no tiene límites, ya que para ellos, como dijo alguien muy acertadamente: “Una única muerte es una tragedia, un millón de muertes es estadística”.
Es tan dogmatizante la ideología comunista, que no hay quienes puedan correr la mirada cuando nos la presentan. Los jóvenes tienen ese ideal de rebeldía y cambio que los lleva a cometer los peores errores, revocables por lo general.
Socialismo y comunismo son las dos vertientes más comunes del totalitarismo, tan repugnantes como los ideales de Hitler, Franco o Mussolini. Che Guevara y Fidel Castro por nombrar el amiguismo comunista, pueden ponerse a la altura de cualquier ideal fascista y en muchos casos sobrepasarlo. Lo bueno es conocer de qué hablamos cuando nos referimos a totalitarismo, dictadura y despotismo, la ultra-derecha no la conforma solamente esa fracción conocida que promueve ideales de racismo e imperialismo, intervienen la libertad, y odian un sistema del que no dejan de formar parte por propia voluntad; aquellos que creen en la revolución como solución, la “clase parasitaria” que pretende que el estado los mantenga y se haga cargo de sus malas decisiones, en donde todo es para todos y somos felices, un paraíso terrenal en donde podremos compartir la pobreza porque el aparato burocrático estatal se encargará de redistribuirla sin avaricia y sin “egoísmo”, porque el hombre es bueno por naturaleza y nació para vivir en sociedad, que tuvo la mala suerte de toparse con gente que quiere la libertad y no la opresión, que busca la realización por medio del propio esfuerzo y no a costa de otros, y que sabe que no existen límites, salvo el arrebato, para lograr fines conforme a nuestros deseos. Por esa razón es necesario terminar este breve discurso citando a uno de los intelectuales más acertados si de defender la libertad se trata.
“Si pretendemos el triunfo en la gran contienda ideológica de esta época, es preciso, sobre todo, que nos percatemos exactamente de cual es nuestro credo”.F.A. Hayek
El comunismo como paraíso proletario y reparto consensuado de miserias, intenta penetrar como la ideología de los pobres y los conscientes de la realidad mundana. Realidad mundana que la mayoría ignora pero los iluminados analizan.
Universidades, instituciones no educativas, propagandas y oficialismo puro, hacen del marxismo y más precisamente del comunismo esa teoría justa y necesaria, abanderada de la clase obrera, precursora de ese odio injustificado al sistema que les da de comer y al que en la “lucha” diaria contra la opresión, (que mas de un imbécil inculcó) se encargan de defenestrar por ignorancia o complejos ideales totalitarios que van a terminar en la mas cruda censura de pensamiento e hilando mas finamente en el genocidio.
La introducción viene a cuento de una situación más, que debe tolerarse en una institución universitaria pública, que levanta la bandera de la pluralidad, tolerancia, y que trata de fascista a cualquiera que no crea en la maldita lucha de clases difundida con suficiencia.
Materiales y documentos que serían algo así como el dogma y el legado de los verdaderos revolucionarios, que sembraron el caos para construir uno nuevo y que volvió a caer por su propio peso.
Sería un largo debate que nunca terminaría más que en confusión, hablar de la revolución como un medio para llegar al fin comunista…
Un estúpido fanático de la lucha de clases que brega por el no sectarismo y me acusa de actitudes mediocres e intolerancia pero que lee a Mao y a Stalin porque fueron buenos teóricos. Intolerante por que acepto que son asesinos y ninguna teoría por más “dialéctica” que me la presente va a encajar con mis ideales de libertad, quizá no me interesa interpretar la mente de genocidas, quizá crea que nada útil pueden mostrarme que la misma puesta en práctica no me lo haya demostrado.
¿Qué autoridad moral tiene alguien para acusarme de mediocre leyendo teorías de asesinos de esa talla? La hipocresía de los movimientos y frentes de izquierda no tiene límites, ya que para ellos, como dijo alguien muy acertadamente: “Una única muerte es una tragedia, un millón de muertes es estadística”.
Es tan dogmatizante la ideología comunista, que no hay quienes puedan correr la mirada cuando nos la presentan. Los jóvenes tienen ese ideal de rebeldía y cambio que los lleva a cometer los peores errores, revocables por lo general.
Socialismo y comunismo son las dos vertientes más comunes del totalitarismo, tan repugnantes como los ideales de Hitler, Franco o Mussolini. Che Guevara y Fidel Castro por nombrar el amiguismo comunista, pueden ponerse a la altura de cualquier ideal fascista y en muchos casos sobrepasarlo. Lo bueno es conocer de qué hablamos cuando nos referimos a totalitarismo, dictadura y despotismo, la ultra-derecha no la conforma solamente esa fracción conocida que promueve ideales de racismo e imperialismo, intervienen la libertad, y odian un sistema del que no dejan de formar parte por propia voluntad; aquellos que creen en la revolución como solución, la “clase parasitaria” que pretende que el estado los mantenga y se haga cargo de sus malas decisiones, en donde todo es para todos y somos felices, un paraíso terrenal en donde podremos compartir la pobreza porque el aparato burocrático estatal se encargará de redistribuirla sin avaricia y sin “egoísmo”, porque el hombre es bueno por naturaleza y nació para vivir en sociedad, que tuvo la mala suerte de toparse con gente que quiere la libertad y no la opresión, que busca la realización por medio del propio esfuerzo y no a costa de otros, y que sabe que no existen límites, salvo el arrebato, para lograr fines conforme a nuestros deseos. Por esa razón es necesario terminar este breve discurso citando a uno de los intelectuales más acertados si de defender la libertad se trata.
“Si pretendemos el triunfo en la gran contienda ideológica de esta época, es preciso, sobre todo, que nos percatemos exactamente de cual es nuestro credo”.F.A. Hayek
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