viernes, 10 de septiembre de 2010

Casa tomada

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No quería dejar pasar el tema de las tomas de colegios, porque resalta todavía más el espíritu típico de la Argentina de estos días, donde se encuentra prácticamente legalizado que sectores políticos o sindicales de los más diversos orígenes mantengan sitiada una ciudad y hasta un país buscando legitimidad para su reclamo. Acá van algunas consideraciones.

Si este tipo de acciones violentas ocurriera en una escuela privada, el grupo de alumnos que lo hiciera sería expulsado inmediatamente. Lo más obvio que uno puede pensar es: ¿Por qué esa desvalorización del espacio público? Y más aún, ¿por qué esa desvalorización de lo público de parte de personas que creen que el Estado debe intervenir en todo, desde la cantidad de grasas trans que consumo hasta la fabricación de papel?

No faltó quien, en medio de este delirio, dijera que el Jefe de Gobierno es un fascista por pretender que se tomen los nombres y se sancione a los ''estudiantes'' involucrados. Por supuesto, no constituye un acto fascista que el mismo centro de estudiantes del Pellegrini espíe y haga listas negras con otros alumnos del mismo colegio. Se olvidan, por cierto, que en Chile se dieron manifestaciones estudiantiles mucho más concurridas, y al gobierno de centroizquierda de la fascista Bachelet no le tembló el pulso en hacer aplicar la ley. Dudo que quienes toman colegios gritando a los cuatro vientos que su objetivo es ''echar'' a Macri, votado por el 60% de los porteños, sean la brújula para determinar qué constituye un acto fascista.

Es ya un lugar común decir que quienes acusan a Macri de ''privatizador'' sin demasiado sustento y como si tal cosa fuera un insulto, son los primeros en contribuir al aumento de la matrícula en los colegios privados. Y no estamos hablando de sectores adinerados, hablamos de padres que muchas veces a duras penas pueden cumplir con la cuota, pero saben que es la única manera de garantizarles a sus hijos una educación que el sistema público ya no les ofrece, en gran medida por fenómenos como estos.

El hecho de que las opiniones de la clase política oscilaran entre evitar pronunciarse o defender explícitamente un acto ilegal como la toma de colegios, me hace pensar que la anomia se ha convertido en el statu quo y el respeto por los derechos de otros en algo revolucionario. Y no se trata solamente del interés de los opositores al macrismo por sacar rédito político de un conflicto que afecta principalmente al Jefe de Gobierno porteño, ojalá fuera sólo eso.

El progresismo posee un prejuicio clave para analizar la realidad: según ellos, los actos violentos o delictivos no son susceptibles de castigo, porque sólo serían la manifestación de un problema más profundo. Aquél que comete crimenes gravísimos no está atentando contra la vida de sus víctimas, sólo expresa las injusticias y las desigualdades económicas de la sociedad. Con la toma de escuelas, aparentemente que un grupo minúsculo de estudiantes con la ayuda de infiltrados del Partido Obrero mantenga de rehenes a miles de alumnos primarios, secundarios, y terciarios, sólo evidencia la falta de financiamiento educativo. Y es una retórica muy efectiva, sin dudas. Efectiva para barrer los problemas bajo la alfombra y no solucionar los temas profundos ni las supuestas ''manifestaciones'' de esos temas.

Delirantes y extremistas hay en todos lados. El problema es que encuentren eco en los actores políticos mayoritarios, que se supone deben tener un rol pedagógico en cuanto a marcar cuáles deben ser las normas de la convivencia democrática. Esto no se trata de un tema de izquierda o derecha: dirigentes ya bastante adultos como para salir del delirio ideológico adolescente deberían saber que no les da un aire cool apoyar este tipo de cosas. 

Importa poco si el presupuesto educativo es insuficiente o no se ejecuta como se debe. En el conurbano hay escuelas con comedores que reciben menos de $1 por chico. La escuela pública a la que yo iba ni siquiera tenía inodoros en el baño, sino letrinas, y hablamos de una escuela céntrica de Luján. Jamás se nos hubiera ocurrido tomar el colegio, aunque quizás no eramos tan románticos como un guevarista lookeado como punk que se deshace tan rápido como una fondue ante la pregunta de Ernesto Tenembaum sobre en qué aspectos Macri privatiza la educación. Se ve que las clases de ''Argumentación'' las dieron justo cuando la escuela estaba tomada.

Ojalá algún día entremos en una etapa donde la aplicación de la ley no sea considerada una conspiración de la derecha reaccionaria. Fíjense de qué manera he bajado mis objetivos: no estoy pidiendo que la Argentina se convierta en un paraíso del libre mercado al estilo Hong Kong, sino algo tan simple como que el respeto por las normas sea algo deseable para la totalidad de la clase política.

14 comentarios:

Fabeluke dijo...

Coincido contigo, ahora parece que pedir algo tan básico como que se respete la ley o -al menos- a los demás es ser reaccionario.

Anónimo dijo...

Jajaja, que blog tan facho.

Francisco D'Anconia dijo...

Viste, Anónimo? Somos unos fachos incurables.

Ceo dijo...

Macri es completamente blando, en éstos casos no hay que tener contemplaciones, el ejemplo de Bachelet es ilustrativo y la mayoría está esperando que actúe alguna vez.

Lucy Puì dijo...

Creo que en este asunto de las tomas hay varios puntos de donde agarrarse:
Con respecto a la educación hoy en día y el estado de los colegios hay poco que se pueda defender: En la provincia de Buenos Aires y en el interior del país la mayoría de los colegios son públicos y se mantienen únicamente a pulmón de los docentes y no docentes (además de particulares) que colaboran para que chicos tengan, no sólo la posibilidad de estudiar, sino de tener algo para comer o apoyo emocional con el que sustentarse.
¿Es necesario aclarar las condiciones de esos colegios? Ninguno cumple con normas de mantenimiento ni preventivo ni correctivo, las cocinas no tienen tratamiento higiénico, bastante privilegiados los que tienen luz o electricidad (cuando la tienen) y el wi fi no es un término que merodee aquellas zonas.
¿Cómo asisten esos chicos al colegio? En Capital Federal tenemos problemas de tránsito, problemas con los transportes públicos, problemas con los conductores particulares, peatones, ciclistas, motoqueros y, claro, los piquetes que no faltan a clase ni un solo día. Pero todavía podemos llegar a destino sanos y salvos. En provincia los chicos se mueven a pié y cuando digo a pié me remito a lo básico, nada de zapatos, botas, unas nike de $600, piecitos en la tierra y a correr, haga 40º, llueva, se inunde, se estén muriendo de frío o sea “poco higiénico”. Algunos de mayor nivel económico, no pudieron hacerse del Audi o la Toyota que D’Elía despreciaría pero en cambio, asisten a caballo y sin compañía alguna o control de adultos; a los costados de las rutas, valiéndose de alguna motivación extraña y algún GPS mental que sólo ellos resguardan.(sigue)

Lucy Puì dijo...

Los docentes trabajan gratis, a conciencia, intentando darles un futuro a esos chicos. Un mismo maestro puede dar clases en jardín, primaria y secundaria. Nadie habla de habilitaciones, material didáctico, la molestia de animales rondando o si el pebete del mediodía es comida de cuarta. En cambio, el colegio pasa a ser todas las instituciones juntas de un chico que sin eso, moriría analfabeto, de hambre y angustia. No es que estos chicos tengan demasiado futuro, claro, pero al menos si logran prevenir embarazos a los 15 años y meterles ideas en la cabeza, a lo mejor, puedan hacerse de una salida superadora distinta a esa cuna donde nacieron.
(sigue)

Lucy Puì dijo...

Retomando la cuestión del nivel educativo, con establecer una conversación de 5 minutos con alguno de nuestros padres u adultos, nos chocamos de inmediato con una realidad que al momento de agarrar los libros secundarios no teníamos presente y ahora pagamos las consecuencias. Es que claro, hace 40 años no existían las faltas porque el día estaba lluvioso o húmedo. Tener que leer un libro de un día para el otro era moneda corriente y estudiar a diario no era opcional. Tener que escuchar los métodos de enseñanza y estudio de esa época, la calidad y cantidad de material bibliográfico obligatorio y el tipo de evaluación diaria a lo que estaban expuestos me generan cierto replanteo sobre ¿Qué busca un gobierno formando actualmente analfabetos, fóbicos a la lectura, ignorantes de nuestra historia pero libres de expresarse por las calles ante cualquier incomodidad? Cambiaría, entonces, la frase “El que controla el papel, controla la información” por “una sociedad imbécil es una sociedad manipulable” y acá es donde entra a jugar la política un papel fundamental. Un sistema de educación tan pobre y básico, que deja a los jóvenes sin capacidad de razonar y entender textos, sin el poder de expresarse, escribir; sin conocimientos objetivos de porqué llegamos a donde estamos parados y adorando la ignorancia de nuestro entorno; es una farsa. Después nos preguntamos por qué no entran la mayoría a las universidades estatales o un básico test de cultura general es entregado en blanco. Ojo, no me excluyo de esta especie pero el sentarse a observarlo es penoso.
(sigue)

Lucy Puì dijo...

Escuchaba esta mañana por radio que lo que se pretende es que las escuelas públicas sean aún mejores que las privadas y que un padre a la hora de mandar a sus chicos al colegio en lo primero que piense sea en una pública. ¿De qué país o año luz hablamos? Ya la mayoría de las privadas no pueden tomarse en serio, pero escuelas donde no existe el quedarse libre, tomar asistencia, respetar a los profesores, llevarse textos para leer en la casa o sanciones de ningún tipo para los alumnos por temor a ser golpeados los profesores y directivos, temor a denuncias mediáticas de los padres o temor a que por diversión destrocen las aulas y luego reclamen la reparación al gobierno; eso ya, debe hacerse de un punto final. ¿Tan difícil es aprender de países vecinos donde la ley en vez de enterrarse en papeles del sótano se hace CUMPLIR? Seguimos viendo a diario las eternas batallas de legisladores por decretos y más decretos efímeros que por más vigencia que tengan son casi imposibles de hacer valer en las calles porque no hay manera de estar en todos lados con todos al mismo tiempo. Y el que el problema es la sociedad en sí, irrespetuosa, agresiva, mal educada, egoísta, todos nos cagamos en el prójimo. No se respeta nada en la calle, no se respeta en las aulas, no se respeta en la casa. ¿Cuántos años y generaciones precisaríamos para cambiar esto? ¿Hay solución? ¿Es preciso que vuelvan los militares? Con estas preguntas es que termino mis días, cansada de pelear por un futuro que si avistara ser más alentador, me aseguraría de que no fuera un sueño en el que me perdí.-
L.

depre forever dijo...

Estimado, si desde arriba, desde la cabeza del estado, se estimula el no cumplimiento de la ley, estamos en el horno, es imposible.

RELATO DEL PRESENTE dijo...

Ehm...pasaba a decir feliz cumpleaños. Si. A uno de por acá. Pero bueno, vengo en otro momento, porque me dijeron que había fiesta...

Abrazo grande!!!

Anónimo dijo...

Che el párrafo a la izquierda de la web de Ayn Rand, "El capitalismo ha creado el más alto estándar de vida jamás conocido sobre la tierra", ya arranca mal, avisale al pobre iluso, o borralo, es una gran equivocación, y sobre todo una equivocación MUY evidente.

Francisco D'Anconia dijo...

¿Y cuál sería la equivocación, anónimo? Si conocés un mejor sistema que el capitalismo, no dudes en avisarnos, aquí estaremos.

Anónimo dijo...

Danconia es puera ironia.. ignorante, seguro a esta hora estas viendo a tinelli.

Anónimo dijo...

¿En tu escuela de Luján se te caía el techo?, Por que en el Mariano Acosta sí...