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Quizás 2008 no sea recordado, como ya plantean algunos, por haber tenido al primer candidato afroamericano a la Presidencia de los Estados Unidos. En mi opinión, será visto como el momento en el cual los medios de comunicación progresistas ayudaron a instalar la figura de un candidato hasta entonces desconocido para muchos, incluso dentro de su propio país. Barack Obama es un hombre carismático, con una enorme capacidad discursiva y un mensaje de unión racial pocas veces visto en la clase política. Pero esto último contradice su accionar de los últimos 25 años, desde su relación de amistad con el pastor Jeremiah Wright, hasta su supuesta vinculación con grupos extremistas de Chicago.
Desde el resto del mundo, cierta intelectualidad y medios antiamericanos miran con admiración a Barack Obama, a quién ven como su favorito en estas elecciones. Las adhesiones que obtuvo van desde Daniel Ortega o el líder de Hamas hasta el genial Mario Vargas Llosa.
Muchos no han dudado en calificar su actuación en la contienda pre-electoral como un "fenómeno" si es que puede llamarse fenómeno a ganar a duras penas la interna demócrata, incluso perdiendo en el voto popular frente a Hillary, y estar en una situación de empate técnico frente al senador John McCain, el candidato del partido de George Bush, quien
enfrenta los niveles de aprobación más bajos de las últimas décadas. Históricamente, luego de un gobierno de ocho años el candidato de la oposición siempre lleva una amplia ventaja sobre el oficialista, aunque luego se achica o incluso se revierte, como ocurrió en la contienda Bush-Dukakis en 1988.
Definitivamente el atractivo que genera Obama es sorprendente, si tenemos en cuenta el rechazo que tiene el público americano en general por los candidatos "progres" es decir, que favorecen el aumento del tamaño del gobierno bajo promesas sin contenido real. Para llegar a la presidencia los demócratas generalmente han tenido que hacer campañas de centro o apoderarse de banderas típicamente republicanas. De lo contrario, han tenido derrotas estrepitosas. Las promesas de Obama no son diferentes de las de fallidos candidatos como George McGovern en 1972 o la de Howard Dean en las primarias de 2004. Es aún más sorprendente que el electorado americano, que siempre ha preferido candidatos con posturas fuertes en cuanto a política exterior, prefiera a un candidato que se sentaría a hablar incondicionalmente con dictadores como Castro o Ahmadineyad, quien brega por la destrucción del Estado de Israel y la represión de mujeres y homosexuales. Esto es lo que Bush ha llamado, inequívocamente, políticas de "apaciguamiento" similares a las que Lord Chamberlain pretendía usar para contener el avance de Adolf Hitler, con resultados conocidos por todos.
Para nuestra región, es claro que Obama no sería el candidato indicado: su proteccionismo en cuanto a las relaciones comerciales con otros países significarían una pérdida de potenciales mercados que no podemos darnos el lujo de tener.
John McCain, con sus aciertos y errores, aparece como el candidato más apropiado para estos tiempos. Es lo más cercano a ser liberal desde un punto de vista económico: una de sus principales diferencias con el actual presidente es su preocupación por el excesivo gasto público. No tengo dudas de sus capacidades como comandante en jefe, luego de haber combatido en Vietnam y tener más de 25 años de carrera política como representante de Arizona en el Congreso, que enfrentará los asuntos internacionales con la firmeza necesaria. Además no es tan conservador en asuntos sociales como el resto de sus aliados republicanos, por ejemplo, apoyando la investigación con celulas madre.
El desafío para McCain y los republicanos en estos meses es mostrar a Obama como lo que realmente es, un representante del ala mas izquierdista de su partido, que promete cambio en base a recetas erróneas que sólo crearán más déficit y empobrecerán la economía más competitiva del mundo. Todavía no logro explicarme el éxito de Obama. Quizás podría pensar que es cierto lo que decía Geraldine Ferraro, pero seguramente me acusarían también de racista.
5 comentarios:
No se si los Estadounidenses estén preparados para un candidato de color, debido a las diferencias raciales que aún existen en Estados Unidos. Ademas, la CIA es una corporación que supongo, hará lo imposible para impedir que un candidato de color llegue a la presidencia. En mi humilde opinion, creo que el candidato de la oposición es el que llegará al poder. Sin embargo, me gustaría verlo a Obama como presidente de Estados Unidos. Sería genial.
lamento que se bajara Hilary
Incluso los medios en Argentina lo reflejan casi como un arcángel.
A McCain le juega en contra la mala administración de Bush, inflación, desempleo, lo ocurrido en Irak, etc y su cantidad de años: no se ve un candidato fuerte. Obama tampoco es King Kong, pero demuestra vitalidad.
Y si bien estoy simplificando mucho, los norteamericanos se guian por esas cuestiones domésticas. Como acá.
Si, puede ser. Igual, Obama ya dijo que iba a apoyar las acciones en Irak, etc. O sea, si sube tiene que estar a favor del establishment porque sino el establishment lo va a pasar por las armas como hizo con jfk.
quiero invitar a ustedes y a todos y a todas a participar del Show de "Si lo sabe cante" que especialmente para mi blog, está realizando el querido Roberto Galan que desde el Cielo vino para la ocasión.
Los espero a todos.
CFK PresidenTA
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